Las últimas fiestas navideñas se convirtieron en un episodio lleno de tensiones familiares para los Urdangarin. Por primera vez, los cuatro hijos de la infanta Cristina —Juan, Pablo, Miguel e Irene— pasaron la Nochevieja junto a Ainhoa Armentia, la pareja de su padre, Iñaki Urdangarin. Este encuentro, que Cristina había tratado de evitar en todo momento, marcó un punto álgido en las complejas relaciones familiares surgidas tras el divorcio de los exduques de Palma.

El encuentro no estuvo exento de conflictos, y las fotografías publicadas por la revista Lecturas mostraron la frialdad entre los hijos de Cristina y la nueva pareja de su padre. Según comentó el director de la publicación, Luis Pliego, en el programa Tarde AR, “los hijos de la infanta no se acercaron a Ainhoa. No hubo gestos de complicidad ni una relación fluida”. Las imágenes mostraban a los hermanos caminando separados de Iñaki y Ainhoa, dejando clara su falta de conexión con la abogada.

Ainhoa Armentia

Saltan chispas en el encuentro entre los hijos Urdangarin y Ainhoa Armentia

La relación entre los hijos de la infanta y Ainhoa sigue siendo complicada. Según explicó Pliego, la reunión tuvo lugar únicamente porque "le tocaba el turno a Iñaki" y los hijos querían pasar tiempo con su padre. Y en el encuentro, la falta de sintonía quedó patente.

La tensión fue especialmente evidente en el caso de Irene Urdangarin, la más joven de los cuatro hermanos. Irene, que ha sido la más afectada emocionalmente por la separación de sus padres, no ha ocultado su reticencia hacia Ainhoa desde el inicio. Según fuentes cercanas, la joven no tolera lo que considera un agravio hacia su madre y, durante el encuentro, sus gestos y actitud reflejaron un rechazo abierto hacia la pareja de su padre.

Irene Urdangarin

Irene Urdangarin no puede con Ainhoa Armentia

La situación alcanzó su punto crítico cuando Iñaki Urdangarin llamó la atención a Irene por sus continuos desprecios hacia Ainhoa. Este toque de atención no fue bien recibido por la joven, quien respondió con firmeza, dejando claro su descontento.

La discusión derivó en un ambiente aún más tenso, y finalmente Irene decidió que no quería permanecer allí ni un día más. En un gesto que evidenció el malestar de la adolescente, Irene llamó a su madre, quien siempre ha intentado proteger a sus hijos de situaciones incómodas, para que la recogiera y la sacara de allí.