Hace tan solo unos días, las cámaras capturaron a Irene Urdangarin, la benjamina de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en Camboya, marcando su primera aventura en solitario lejos del seno familiar. Cumpliendo la mayoría de edad, ha decidido volar del nido, aunque sus planes originales no eran precisamente estos. La nieta de Juan Carlos I tenía la intención de estudiar Dirección y Administración Hotelera en la prestigiosa Universidad de Lausanne, Suiza, pero no logró superar las rigurosas pruebas de acceso.
Para Irene, quien completó el bachillerato internacional, el camino hacia Lausanne implicaba someterse a exámenes que determinarían su admisión en una de las universidades más exclusivas del mundo. A pesar de que la infanta Cristina desmintió estas afirmaciones, el hecho es que Irene suspendió las pruebas, a pesar de haber dedicado dos semanas a prácticas en un hotel y de que su madre pagó 500 euros por cada una de ellas.
Ahora, según informa 'Vanitatis', Irene ha revelado a su familia su deseo de convertirse en influencer y trabajar en la industria de la moda, siguiendo los pasos de su prima Victoria Federica. Esta decisión no ha sido bien recibida por sus padres, Cristina e Iñaki, quienes preferirían que siguiera una ruta más convencional.
La transformación en tierras camboyanas
Después de suspender los exámenes de ingreso a la universidad y manifestar su deseo de explorar el mundo de las redes sociales, la infanta Cristina decidió que Irene no debería permanecer en casa. Necesitaban encontrar una solución para disimular la situación y dar la impresión de que todo estaba bajo control; así que decidieron enmarcar la situación como un año sabático para Irene.
Así que, aunque no era su preferencia, a Irene no le quedó más opción que embarcarse en un voluntariado, siguiendo el ejemplo de su hermano Juan Urdangarin. Madre e hija exploraron varias opciones en diferentes países y finalmente optaron por Camboya, una experiencia que ha dejado una profunda impresión en la más pequeña de los Urdangarin.
Camboya, un país del sudeste asiático marcado por la devastación de guerras y dictaduras, ha sido el escenario de la nueva vida de Irene. Fotografiada recorriendo en bicicleta los territorios más pobres del país, Irene Urdangarin ha mostrado su compromiso con las labores humanitarias, aunque algunos cuestionan si esta es una verdadera pasión o simplemente una fachada.
La relación amorosa de Irene Urdangarin durante su estadía en Camboya preocupa a la Familia Real
Sin embargo, la estancia de Irene en Camboya ha llevado a un cambio profundo en su perspectiva de vida. Su tiempo en el voluntariado la ha llevado a abandonar muchos lujos que antes consideraba esenciales y a abrazar un estilo de vida más solidario y sencillo. Esto, junto con un romance juvenil con uno de sus compañeros voluntarios, ha desatado la preocupación de su familia, especialmente de la infanta Cristina.
La infanta Cristina, consternada por las nuevas direcciones que está tomando la vida de Irene, ha decidido poner fin al voluntariado y traerla de vuelta a España. Para Irene, sin embargo, este viaje ha sido una liberación, un escape de las expectativas y presiones familiares, un espacio donde puede vivir su vida como lo desee, sin restricciones ni controles, y donde finalmente ha encontrado el amor, por lo que se niega a regresar.