Cristina de Borbón ha vivido uno de los peores años de su vida tras confirmarse su ruptura con Iñaki Urdangarin. Ella reconoce que estaba enamorada del padre de sus hijos. De hecho, a día de hoy aún lo sigue estando. Sabía que existían problemas en su matrimonio, pero no esperaba que el guipuzcoano fuera capaz de traicionarla. La peor humillación ha sido la infidelidad con Ainhoa Armentia. Sin embargo, al exjugador de balonmano ya le da exactamente igual porque la corona y el apellido Borbón no significa nada para él. No obstante, quiere hacerse rico a costa de ellos, y es que quiere venganza. Culpa a la familia real de todos sus males. Cree que se podría haber salvado de prisión si Juan Carlos hubiese querido. Pero alguien debía pagar para demostrar que la justicia era igual para todos y para que la imagen de la corona no acabase por los suelos.

Irene Urdangarin
Irene Urdangarin

Iñaki Urdangarin pide 25.000 euros mensuales de por vida, dos millones de euros en concepto de indemnización, varias propiedades en la costa francesa, mantener sus escoltas y financiar los viajes relacionados con sus hijos. Vivir a cuerpo de rey con Ainhoa Armentia. Sin embargo, la infanta no está dispuesta a satisfacer sus deseos, y menos después de la humillación pública. Pero al exjugador de balonmano ya no le sirve con el acuerdo que firmaron en las capitulaciones matrimoniales. La situación no es la misma.

Irene Urdangarin acompaña a Cristina en su peor momento 

Irene Urdangarin es la persona que peor lo ha pasado con la ruptura de sus padres. Es la más pequeña y la única que vive al lado de su madre en Ginebra. Ha visto a su madre llorar y la ha acompañado en sus peores momentos.

Irene Urdangarin con Victoria Federica
Irene Urdangarin con Victoria Federica

Y aunque en una ocasión Irene se planteaba marcharse a Barcelona con alguno de sus hermanos, como Pablo, finalmente estudiará en Ginebra para estar más cerca de su madre. Estudiará Dirección y Administración Hotelera en la universidad más prestigiosa de Suiza. Sin embargo, aunque está a kilómetros de distancia de su casa, la joven volverá todos los días a casa, no se quedará a dormir en el campus. Ahora mismo, además de sus estudios, su máxima prioridad en estos momentos es su madre. Quiere ver sonreír a Cristina otra vez.

La infanta Cristina tampoco volverá a España como se preveía. Permanecerá cuatro años más en Ginebra para acompañar a su hija en sus estudios. “Lo van a intentar", señalan fuentes familiares a Vanitatis. "Son conscientes de que puede ser duro, pero al principio verán si les va bien o no. Irene no quiere dejar sola a su madre y doña Cristina está feliz con su hija en casa”.