El 2023 está marcando la vida de Irene Urdangarin de una manera bien especial. La atención suele centrarse en la princesa Leonor, pero esta vez, la hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se lleva el protagonismo. La benjamina de la familia acaba de empezar sus estudios en la École hôtelière de Lausanne, o como le llaman en confianza, la Ecolint. Estamos hablando de una de las escuelas de hostelería más top del mundo, con nada más y nada menos que 125 años de historia. La formación aquí cuesta unos 84.950 euros durante los cuatro años.

La Ecolint tiene un campus que es puro lujo, con una extensión de 80,000 metros cuadrados. Y cuenta con piscina, gimnasio, espacios para meditar y controlar el estrés, y hasta servicios para la salud mental. Un lugar donde los privilegiados pueden vivir a todo tren.

La infanta Cristina se queda en suiza con Irene

Allí pueden estudiar hasta 850 afortunados alumnos. Y aunque sea una escuela elitista, no vale solo con sentarse en clases y tomar apuntes. Allí quieren que los alumnos pasen por todas las etapas de la hostelería. Desde hacer camas, limpiar baños hasta servir mesas.

École hôtelière de Lausanne (EHL Hospitality Business School)
École hôtelière de Lausanne (EHL Hospitality Business School)

Además, el lugar cuenta con una residencia para estudiantes que vienen de lejos y no tienen dónde quedarse. Al principio, pensaron que Irene se mudaría allí, considerando que antes vivía con su madre, la infanta Cristina, en Ginebra. La idea era que Cristina regresaría a Barcelona cuando Irene comenzara en la Ecolint.

Primer problema del curso para Irene Urdangarin

No obstante, Irene no está pasando por su mejor momento con la separación de sus padres. Algunas fuentes apuntan que su rendimiento académico comenzó a dar tumbos desde que empezaron los problemas. Y eso cambió todo el plan. Cristina decidió quedarse en Suiza por un tiempo y estar junto a su hija.

Pero hay un pequeño problema: su casa está a 50 minutos en coche del campus. Y entre idas y venidas, están perdiendo casi dos horas al día en desplazamientos. Y la situación empieza a pasar factura. No es práctico en absoluto. Y vistas las dificultades, no se descarta que tomen medidas a corto plazo. Irene podría finalmente instalarse en la residencia del centro académico.