En medio de la dispersión geográfica de los hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin, la presencia de Pablo en Barcelona se convierte en un punto de encuentro familiar. La infanta, comprometida con sus responsabilidades laborales en España, se ha entregado aún más a estar presente en la vida de su hijo, especialmente en momentos cruciales.
Pablo, jugador profesional de balonmano, siempre ha sentido el apoyo incondicional de su familia en cada partido. Desde su etapa en el FC Barcelona hasta su actual equipo, el BM Granollers, ha contado con el respaldo constante de sus seres queridos en las gradas, entre los que se incluye su padre, Iñaki Urdangarin, y su pareja, Johanna Zott.
Escena emotiva de Pablo Urdangarin y la infanta Cristina
En el último partido de Pablo, la tensión y la emoción se hicieron palpables. A pesar de su entrega en la cancha, el resultado fue un empate, lo que llevó a Pablo a desbordarse emocionalmente al final del juego. En ese momento, la infanta Cristina, acompañada de Johanna, acudió para brindarle consuelo en un gesto de cercanía familiar.
Y mientras Pablo y Cristina protagonizan este momento emotivo, otra guerra se está fraguando en la familia Urdangarin. Y tiene como protagonistas a Iñaki y a la hija pequeña de la familia, Irene.
La joven decidió aparcar sus estudios en el prestigioso EHL Hospitality Business School de Lausanne, algunos dicen porque no estaba bien anímicamente, mientras otros aseguran que no superó las pruebas de acceso. Y decidió tomarse un año sabático para embarcarse en misiones solidarias, siguiendo el ejemplo de su hermano Juan.
Se agrava la brecha entre Irene Urdangarin y su padre, Iñaki
Así las cosas, puso rumbo a Camboya a principios de año, donde se encuentra realizando distintas tareas altruistas. Un lugar en el que Iñaki pretendía visitarla en esta Semana Santa. La relación entre padre e hija se ha visto erosionada por el divorcio de Iñaki y la infanta Cristina. Irene se ha posicionado al lado de su madre y no perdona a su padre que la engañara ante los ojos de toda España. Y el ex jugador de balonmano quería limar asperezas.
Sin embargo, Irene ha vetado la presencia de Iñaki en el país africano. No lo quiere ver por allí. Y mucho menos si tenía pensado viajar con Ainhoa Armentia, tal y como tenía planeado.
Este desencuentro entre padre e hija refleja las tensiones familiares que aún persisten y que se han exacerbado durante las vacaciones de Semana Santa. Iñaki se ve obligado a replantear sus planes y buscar otro destino para las vacaciones, mientras la distancia emocional entre él e Irene continúa creciendo.