Irene Urdangarin acumula unos cuantos años convulsos. Desde que se inició el proceso de separación de sus padres, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, la joven ha tenido un comportamiento errático. Todo empezó en sus últimos pasos en el bachillerato.
Han afirmado muchas fuentes que Irene tuvo muchas dificultades para completar el curso. Sus notas bajaron considerablemente, llegando incluso a poner en riesgo superar aquella etapa. Al final, con su esfuerzo y la insistencia de la infanta Cristina, Irene logró superar segundo de bachillerato. Pero sus problemas no terminaron ahí.
Irene Urdangarin fracasa tras el bachillerato
La joven tenía previsto empezar sus estudios en la École hôtelière de Lausanne, o como le llaman en confianza, la Ecolint. Se trata de una institución con más de 125 años de historia y un prestigio internacional. Esta escuela, que se caracteriza por su exclusividad y alto nivel, tiene un coste de aproximadamente 84.950 euros por los cuatro años de formación. Además de su lujo y comodidades, como gimnasio, piscina y áreas para controlar el estrés, se espera que los alumnos se sometan a una formación rigurosa que va más allá de la teoría, con prácticas que incluyen tareas como hacer camas y servir mesas.

Irene, sin embargo, no superó las pruebas de acceso, tal y como adelantó EnBlau y posteriormente han confirmado numerosos medios. Pero hay más. Para ingresar en el centro, se exigía a los alumnos realizar unas prácticas previas en el sector de la hostelería. Irene, que no había tenido experiencia, tiró de los contactos de sus padres para realizar unas prácticas de última hora en un hotel. El tiempo apremiaba y la joven necesitaba reunir todos los requisitos. Una experiencia que, como su intento de entrar en la Ecolint, no resultó satisfactoria.
Prácticas desastrosas
Irene fue una auténtica calamidad. Hasta el punto de que la invitaron a no terminar las prácticas y le dejaron claro que allí no encontraría trabajo en el futuro. Aunque igualmente no hubiera entrado en la Ecolint al no superar las pruebas de acceso, las prácticas también fueron un desastre.

Por suerte para la tranquilidad de la infanta Cristina, Irene ha enderezado el rumbo. Tras pasar un año sabático instalada en la Zarzuela, ha retomado sus estudios en Oxford. Empezó en septiembre. No obstante, algunas fuentes ya han apuntado que no está contenta con su elección y se está planteando dejar la carrera y buscar otra motivación.