Estos dos años han sido muy complicados para Iñaki Urdangarin en cuanto a la relación con sus hijos se refiere. Debido a su separación de la infanta Cristina, y al proceso de divorcio que iniciaron, pusieron una cláusula en la que no se vincularía a los jóvenes para nada. Así que hasta que no se firmó el divorcio de forma oficial, Juan, Pablo, Miguel e Irene no pudieron conocer a Ainhoa Armentia, era una cláusula. El exjugador de balonmano ha ido poco a poco en la relación, pero está muy feliz. Hace unos meses la presentó a todos sus hijos, aunque quien peor la recibió fue Irene Urdangarin.

Cuando Iñaki y Cristina anunciaron su separación con la filtración de las fotografías, Irene Urdangarin era menor de edad y vivía con la infanta en Ginebra, donde estudiaba bachillerato internacional. Sus notas se vieron resentidas por la ruptura de sus padres. La benjamina de la familia vio a su madre sufrir y se acercó más a ella alejándose de su progenitor, con quien a día de hoy su relación no es precisamente la mejor.

Iñaki, Irene y Pablo Urdangarin / Instagram

Irene Urdangarin no quiere tener la más mínima relación con Ainhoa Armentia. La ve como una enemiga que ha destrozado a la familia después de todos los problemas que han tenido por el caso Nóos

El momento en que Iñaki Urdangarin se sintió más solo fue cuando ingresó en la prisión de Brieva en el año 2018. La infanta Cristina le visitó los primeros meses hasta que desapareció y no volvió nunca más, pero no fue la única ausencia.

Irene Urdangarin se avergonzaba de Iñaki Urdangarin

Según Nacho Gay, quien escribió el libro ‘Urdangarin, relato de un naufragio’, Irene Urdangarin no acudió a la cárcel a ver a su padre, algo que provocó un disgusto enorme en el exjugador de balonmano. Allí empezó el declive en la relación de ambos.

"Un día su hija Irene no se presentó a prisión y le plantó por hacer planes con sus amigos. Se llevó un disgusto enorme y así se lo comentó a sus amigos", relataba Nacho en el programa de Telecinco mencionando, a su vez, que las visitas de la infanta, con la que Urdangarin nunca tuvo un vis a vis íntimo, fueron "decreciendo" con el tiempo.

Iñaki Urdangarin contaba con todas las comodidades. Vivía en una prisión de mujeres, en un módulo solo para él, un loft de 500 metros cuadrados con cama King size, televisión de plasma, bicicleta de 2.000 euros, piscina climatizada, biblioteca, y acceso a un móvil.

Iñaki Urdangarin / Telecinco