La relación entre Irene Urdangarin y su madre, la infanta Cristina, ha llegado a un punto de tensión insostenible, lo que ha generado preocupación en el entorno de la familia real. La joven ha pasado por importantes cambios tras un año sabático que ha transformado su vida y sus prioridades. Estos cambios han provocado un distanciamiento creciente con su madre, quien ve con alarma cómo su hija menor se aleja cada vez más de las expectativas que tenía para ella.
Inicialmente, la infanta Cristina esperaba que Irene permaneciera en Suiza durante cuatro años más, al menos para completar sus estudios en Administración y Dirección Hotelera en la Universidad de Lausana. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Irene no logró superar las exigentes pruebas de acceso, en gran parte debido al bajo rendimiento escolar que experimentó durante el complicado proceso de separación de sus padres. Esta situación dejó a Cristina desconcertada, pues su idea de un futuro estable para su hija en Suiza se desmoronó rápidamente.
Irene Urdangarin, viviendo en Madrid a la sopa boba
La decisión de Irene de mudarse temporalmente a Madrid fue otro golpe para Cristina, quien temía que su hija pasara un año sin un propósito claro, lo que podría alimentar rumores negativos y especulaciones. Suficiente mala imagen tienen ya algunos de los nietos de los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía. Desde siempre, la infanta ha intentado mantener a sus hijos fuera del ojo público, proyectando una imagen de perfección y discreción. Sin embargo, Irene ha demostrado ser la excepción a esta norma familiar. Lejos de seguir el camino discreto que su madre deseaba, Irene decidió irse a realizar un voluntariado en Camboya en enero, pero unos meses después regresó con una actitud más desafiante y dispuesta a tomar las riendas de su vida según sus propios términos. Y desde entonces vive instalada en Zarzuela, viviendo la vida padre.
Esta nueva Irene, más independiente y rebelde, ha puesto a prueba la paciencia de su madre. Desafía constantemente las normas establecidas en la familia. Su relación cercana con su prima Victoria Federica, conocida por su estilo de vida desenfadado, ha sido motivo de preocupación.
Irene Urdangarin desafía a su madre, quiere seguir los pasos de Victoria Federica
En este sentido, Cristina ya tuvo un desencuentro con su hermana, la infanta Elena, a raíz de una noche en la que se vio a Irene y Victoria saliendo de fiesta juntas. Para Cristina, Victoria representa una mala influencia para su hija, y teme que Irene siga sus pasos hacia una vida pública y descontrolada. Y lo cierto es que no estaba equivocada. Dicen que lo malo siempre se pega. Y eso es lo que le ha ocurrido a Irene.
Los rumores recientes indican que Irene podría mudarse a Reino Unido en septiembre, donde tiene planes de estudiar en una universidad británica. Sin embargo, esta no es la opción que Irene realmente desea. Sus intenciones pasan por quedarse en Madrid junto a su novio, Juan Urquijo, y abandonar los estudios para dedicarse a las redes sociales, tal como lo ha hecho su prima Victoria Federica. Esta decisión ha sido un duro golpe para Cristina, quien teme que su hija esté tomando un camino peligroso y que alguien esté influyendo negativamente en sus decisiones.