Desde que la infanta Cristina inició los trámites de divorcio con Iñaki Urdangarin, la relación de su hija Irene con su padre se ha vuelto prácticamente inexistente. La joven nunca ha perdonado la infidelidad de su progenitor y considera que ha destrozado la estabilidad de la familia con su comportamiento.
Durante los últimos años, Irene Urdangarin ha pasado por momentos complicados. Su rendimiento académico cayó en picado, hasta el punto de que estuvo a punto de repetir curso. Su sueño era estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, pero no logró superar las pruebas de acceso, lo que la dejó sin plaza y obligó a cambiar sus planes.

Irene Urdangarin sigue anclada a la separación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Tras un año en Madrid, donde su único logro destacado fue su voluntariado en Camboya, ahora vive en Londres, donde estudia Organización de Eventos en la universidad de Oxford. Sin embargo, sus resultados académicos no son los mejores y, según algunas fuentes, podría abandonar la carrera en cualquier momento. Y el motivo de que no levante cabeza puede tener que ver con que todavía no ha superado la separación de sus padres.
La rabia de Irene hacia su padre sigue intacta. Siente que Iñaki Urdangarin traicionó a su madre y a toda la familia, y cree que debería haber sido honesto en lugar de llevar una doble vida. La joven no quiere mantener contacto con él y rechaza cualquier intento de reconciliación.
Irene ha sido testigo del sufrimiento de la infanta Cristina durante los dos últimos años. Ha vivido con ella, la ha visto llorar, sufrir y tratar de recomponerse tras la humillación pública. Para ella, su padre es el principal responsable de esta situación. Tiene palabras muy duras. Le habla con desprecio y le llama "calzonazos". Pero hay otra persona a la que detesta aún más.

Desprecio absoluto hacia Ainhoa Armentia
Si hay alguien a quien Irene Urdangarin no puede ni ver, esa es Ainhoa Armentia. No quiere conocerla ni tener ningún tipo de trato con ella. Considera que ha destruido a su familia y habla de ella en términos despectivos cada vez que surge su nombre en su círculo de amigos y familia. Entre los comentarios que ha hecho, destaca uno en particular: ha llamado a Ainhoa Armentia "muerta de hambre" y "aprovechada", convencida de que solo está con su padre por interés.
Iñaki Urdangarin sigue intentando que todos sus hijos tengan una relación cordial con Ainhoa Armentia y con los hijos adolescentes de su pareja. Juan, Miguel y Pablo han accedido a mantener un trato respetuoso. Pero con Irene no lo consigue. Cada vez que surge la posibilidad de un encuentro, ella se ausenta deliberadamente.
Ante esta situación, Iñaki ha intentado hablar seriamente con su hija menor. Le ha dejado claro que es feliz con Ainhoa Armentia, que merece que sus hijos respeten su nueva vida y, sobre todo, que ya no siente nada por su madre. La joven, sin embargo, de momento no está dispuesta a perdonar ni olvidar.