Que Isabel Díaz Ayuso se llena la boca hablando del rey Felipe, ha quedado más que demostrado. Que la presidenta de la Comunidad de Madrid es una de las voces más monárquicas de su formación, también. Sólo hay que recordar qué escribía en Instagram hace unas semanas: "Tenemos una monarquía querida y admirada en todo el mundo. En Felipe VI y en Letizia, España tiene los mejores embajadores. El tiempo colocará su labor en el lugar que la historia les aguarda". El PP, cuando el Borbón renunció a la herencia por el escándalo de su padre, una renuncia de cara a la galería, le tildó de ejemplar, con Díaz Ayuso al frente del peloteo.
Esta que ven es la foto que posiblemente más emociona a la presidenta madrileña. Si fueran los años 90 y ella fuera una adolescente groupie, en las paredes de su habitación no habría ningún póster de Nirvana, Oasis o Guns N'Roses. Ella es más de Flags N'Borbones. Díaz Ayuso dio hace unos días positivo por coronavirus. Cuarentena obligada en un aparthotel del empresario Kike Sarasola, una suite privada en el centro de Madrid que cuesta 200 euros la noche. Teletrabajo, webcam y un despacho improvisado en la habitación donde está. Un rinconcito donde, faltaría más, no faltan las banderas. La de España y la madrileña. Unas pantallas, alguna figurita, una mesa y un objeto muy preciado, su tesooooro.
Un pequeño marco con la foto haciendo la genuflexión ante el monarca. Pero el digital Huffington Post se ha fijado en un detalle: "La presidenta de la Comunidad de Madrid no ha colocado la imagen en la mesa, como podría esperarse, sino en una butaca detrás de la silla donde suele sentarse. Eso responde a una razón: de esta forma, la foto de Ayuso y el rey aparece de fondo en todas las entrevistas que realiza". Por si las moscas. Que se vea bien que ella es una felipista de cabo a rabo, tal como se ve perfectamente en una entrevista con Telemadrid:
Qué ridículo ir con la fotito arriba y abajo para que se vea bien cuando conecten con ella. Qué afán por ser más borbónica que los Borbones. En definitiva, qué servilismo.