Isabel Preysler ha sido, durante décadas, un personaje omnipresente en el mundo de la alta sociedad española, donde sus romances y matrimonios han sido seguidos con gran interés, pero también con desconfianza y críticas. Su habilidad para relacionarse con hombres poderosos, desde Julio Iglesias hasta Miguel Boyer y Carlos Falcó, le ha conferido una reputación de “cazafortunas” entre algunos círculos de la aristocracia, una imagen que parece haber trascendido tanto que, según se comenta, ha llegado hasta el Palacio de Zarzuela.

Desde sus inicios en el papel couché, Preysler ha sido vista por muchos como una figura calculadora que, lejos de estar interesada en el amor, busca principalmente la estabilidad y la influencia que puede obtener de sus relaciones. Este perfil no es bien visto por una parte de la aristocracia española, especialmente por las esposas de aquellos hombres que Isabel ha tenido en su órbita. De hecho, entre la alta sociedad, muchas señoras de renombre ven en Isabel una amenaza a la que es mejor mantener a cierta distancia.

Julio Iglesias e Isabel Preysler
Julio Iglesias e Isabel Preysler

Entre el amor y el odio por Isabel Preysler

Se cuenta que la fama de “caza-poderosos” de Preysler, quien ha sido acusada de buscar alianzas matrimoniales únicamente con hombres influyentes y adinerados, no ha caído bien entre la nobleza. Para muchos, su objetivo con cada relación no es otro que obtener beneficios sociales y económicos, una actitud que en algunos círculos ha llegado a ser considerada casi como una forma de oportunismo. Su relación con Carlos Falcó, marqués de Griñón, fue uno de los episodios que más críticas generó entre quienes la acusaron de acercarse a él solo para obtener un título aristocrático. Aunque esto nunca se confirmó, el estigma de “escaladora social” persiste hasta el día de hoy.

Ahora, con los rumores extendiéndose entre los círculos más exclusivos de la alta sociedad, parece que su reputación también ha alcanzado las murallas de Zarzuela, donde las damas de la aristocracia ven con escepticismo su figura. Fuentes cercanas aseguran que Isabel genera una mezcla de fascinación y rechazo, especialmente porque sus movimientos sociales y amorosos son cuidadosamente analizados y comentados. Según estas fuentes, en las reuniones y eventos de la aristocracia, muchas señoras sienten una cierta inseguridad cuando Isabel está presente, temiendo que su influencia y atractivo hacia los hombres poderosos puedan, en algún momento, poner en peligro sus propios matrimonios.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa efe
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa efe

Isabel Preysler parece haberse vuelto una figura que divide opiniones. Por un lado, su habilidad para mantenerse en la cima de la vida social, su estilo elegante y su presencia mediática han logrado consolidarla como una “reina de corazones” de la jet-set. Por otro, su constante búsqueda de parejas influyentes le ha creado una mala fama que difícilmente desaparece y que, en los últimos años, ha resultado en una imagen de mujer que siempre parece estar en la búsqueda de su próximo objetivo.