El glamour y la opulencia que siempre han acompañado a Isabel Preysler parecen estar en peligro. Desde que puso fin a su relación con Mario Vargas Llosa, la socialité se enfrenta a una difícil situación económica que la ha llevado a depender de la ayuda de su hijo, Enrique Iglesias, para poder mantener su elevado estilo de vida.
Acostumbrada a vivir entre lujo y sofisticación, Isabel ha visto cómo sus ingresos han disminuido drásticamente en los últimos años. Su icónica mansión, conocida como "Villa Meona", sigue siendo uno de los mayores símbolos de su estatus, pero también representa una carga financiera considerable. El mantenimiento de la propiedad y el pago de su numeroso personal doméstico suponen un gasto mensual superior a 7.000 euros, una cifra que ahora resulta complicada de asumir sin el respaldo económico que en su día le proporcionaban sus relaciones sentimentales y sus contratos publicitarios.
Un tren de vida difícil de sostener
Durante su romance con Mario Vargas Llosa, el escritor colaboraba en parte con estos gastos, lo que permitía a Isabel continuar con su estilo de vida sin preocupaciones. Sin embargo, tras la ruptura, la situación ha cambiado de manera drástica. Ahora, sin esa ayuda externa y con una popularidad en declive, Isabel se ha visto obligada a recurrir a su hijo Enrique Iglesias, según publicó Elcierredigital, quien se ha convertido en su principal apoyo financiero.
A lo largo de los años, Isabel Preysler ha sido una de las figuras más codiciadas por las grandes marcas, que la buscaban como embajadora de lujo y distinción. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchas de estas empresas han optado por renovar su imagen con personalidades más jóvenes y frescas, como su hija Tamara Falcó, quien ha tomado el relevo en el mundo del entretenimiento y la publicidad.
La pérdida de contratos ha supuesto un golpe significativo para Isabel, quien ya no cuenta con las mismas oportunidades de antes. Sin ingresos estables procedentes de campañas publicitarias, su margen de maniobra se ha reducido drásticamente, lo que la ha llevado a buscar otras alternativas para sostener su nivel de vida.
Enrique Iglesias, el salvador de su madre
En medio de esta crisis, Enrique Iglesias ha demostrado ser el gran pilar de su madre. Con una fortuna personal multimillonaria, el cantante ha decidido hacerse cargo de parte de los gastos de Villa Meona, asegurando que Isabel no tenga que desprenderse de la propiedad que ha sido su hogar durante décadas. "La imagen de Isabel Preysler ha reducido su valor con el paso del tiempo. Ya no es tan atractiva para las firmas. Es por ello que Enrique Iglesias estaría sufragando los gastos de la casa de su madre", habrían revelado fuentes cercanas al medio mencionado.
Esta situación ha generado un cambio en la dinámica familiar, ya que otros miembros del clan Preysler, como Julio José Jr, Chabeli, Ana Boyer y Fernando Verdasco, también han comenzado a buscar nuevas formas de generar ingresos, conscientes de que la estabilidad económica de Isabel ya no es la misma de antes. Por ejemplo, la aparición de los primeros en Hermanos a la obra y de los segundos en Mask Singer. Su incursión en la televisión ha sido interpretada como un intento de asegurar su propia estabilidad financiera, ahora que el respaldo de Isabel no es tan sólido.