Letizia podría no haber sido la reina de España si Juan Carlos I no hubiese truncado los planes de Felipe e Isabel Sartorius o Eva Sannum. Sartorius fue el primer gran amor del entonces príncipe. El hijo de los eméritos la conoció en la primavera de 1989, en una conferencia sobre Perú que un primo de ella dio en Madrid. Sin embargo, consiguieron llevar la relación en absoluto secretismo hasta que una revista publicó en verano unas fotografías de ambos a bordo de una lancha en Palma de Mallorca. Desde ese momento, la joven de melena rubia y ojos claros tuvo que soportar la presión mediática.
Se descubrió que era hija del abogado Vicente Sartorius Cabeza de Vaca marqués de Mariño, y la argentina Isabel Zorraquín. Sus padres se divorciaron. Su madre empezó una relación con Manuel Ulloa, primer ministro de su país entre 1980 y 1982, y se trasladó a vivir a Lima con su hija. Estudió en Washington para estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Georgetown, la misma en la que estudió el master Felipe.
"A su regreso a Madrid habló con el cuestionado financiero catalán y consiguió un trabajo de relaciones públicas en una empresa del grupo KIO. Isabel duró poco, ya que su cometido, acompañar a las esposas de los clientes árabes en sus visitas a Madrid mientras sus maridos hablaban de negocios, no le gustaba en absoluto. Se dedicó entonces a trabajar como publicista para el Washington Post y empezó a salir con Ricky Fuster hasta que Felipe se cruzó en su camino”, explica el periodista Basilio Rogado.
Zarzuela nunca hizo pública aquella relación. Felipe e Isabel terminaron la relación dos años después, el verano de 1991. Los jóvenes se veían siempre a escondidas. Según la joven, la relación terminó porque eran demasiado jóvenes. Sin embargo, se ha especulado sobre muchas posibles causas. Los entonces reyes nunca quisieron que su hijo se casase con Isabel. No solo por ser plebeya, sino porque su madre fue investigada porque podría ser miembro de una organización que abastecía de cocaína a la ‘Beautiful’ people. "Con 14 años salía del colegio y mi madre me mandaba a comprar droga", reconoció. "Mi madre ha sido el eje de mi vida, la condicionó de una manera determinante. Estábamos tan unidas, la quería y me preocupaba tanto, que me até a ella. Luego, esta unión tan intensa nos enredó por completo y dejó en mí la semilla de un trastorno que marcaría mi futuro. Con el paso del tiempo descubrí que lo que me ocurría tenía un nombre: codependencia, y que los hábitos que había ido adquiriendo casi sin darme cuenta formaban parte de un trastorno que padecemos millones de personas en el mundo”.
Mencía ha querido desvincularse de la fama de su madre
También se habló de su hija. Durante años existió un rumor en el que se le adjudicaba la paternidad de esa niña a Felipe VI. Sin embargo, el padre real de esta joven es Javier Fitz-James Stuart, conde de Montalvo. El matrimonio rompió a principios de los 2000. Mencía siempre ha intentado mantenerse al margen del foco mediático aunque ha permanecido siempre entre las cámaras. Trabajó como ayudante de producción en Todos lo saben, producida por Morena Films.
"Le parecía interesante ver cómo funcionaba ese mundo, pero no tiene intención de dedicarse al cine. Estuvo de becaria durante los meses de vacaciones", explicó su padre en El Mundo. Mencía estudió Ciencias Políticas, especializada en mediación y resolución de conflictos en Georgetown, y también realizó un máster en Dirección de marketing y gestión comercial en ESIC Business & Marketing School.
Tras estas prácticas, pasó a trabajar como coordinadora de eventos del castillo de Belmonte (Cuenca), propiedad de su padre. Después pasó un año en la fundación Banco Santander. Actualmente trabaja para Iberdrola, tal y como informa Divinity.
Son muchos los que ven un increíble parecido físico entre Isabel Sartorius y Mencía. Una joven de melena rubia, ojos claros, de 26 años, que recuerda mucho a su madre.