El equilibrio en la Casa Real ha cambiado drásticamente desde que Jaime del Burgo destapó las presuntas infidelidades de la reina Letizia. Lo que comenzó como un rumor ha ido tomando fuerza hasta convertirse en el tema de conversación en los círculos más selectos de Madrid. Las afirmaciones de Del Burgo, que aseguran una relación con la reina tanto antes como después de su matrimonio con Felipe VI, han causado un verdadero terremoto en la monarquía española.

Desde que Letizia y Felipe ascendieron al trono, la reina se había caracterizado por su férreo control en Zarzuela. Su influencia, vista por muchos como desmesurada, le ganó no pocos detractores dentro y fuera del entorno real. Letizia fue la artífice de una limpieza exhaustiva en la Casa Real, apartando a figuras clave como el rey emérito Juan Carlos I, quien acabó en Abu Dabi, y distanciando a Cristina y Elena, dos figuras también salpicadas por los escándalos familiares. En todo este tiempo, Letizia parecía tener el control absoluto de la situación, manejando con mano de hierro los destinos de la familia real.

Casa Real y Felipe dejan a la reina Letizia sola ante el peligro

Sin embargo, la revelación de Jaime del Burgo ha dado un giro radical a este panorama. Las insinuaciones de una relación con la reina, que se prolongó más allá del nacimiento de las princesas Leonor y Sofía, han puesto en una situación delicada a Letizia. Pero lo que ha sorprendido a la opinión pública y a la alta sociedad madrileña es el silencio absoluto por parte de Felipe VI y la Casa Real. Ningún comunicado, ninguna defensa pública. Ni una sola palabra en favor de la reina. El mensaje es claro: Letizia ha quedado completamente aislada.

Letizia y Jaime del Burgo foto juntos cuando eran amantes TV3

Este silencio ensordecedor ha marcado el inicio de una nueva etapa para la reina. Su presencia se ha ido diluyendo, dejándola en un segundo plano, prácticamente al margen de los eventos oficiales más importantes. Mientras tanto, la imagen de Felipe VI y de la princesa Leonor se ha visto potenciada, convirtiéndose en el foco principal de atención.

El silencio de la corona desata las sospechas

El monarca ha recuperado su relación con sus hermanas, Cristina y Elena, y la familia ha ofrecido imágenes de reconciliación que no se veían desde hace años. Ejemplo de ello fue la boda reciente en la que Felipe posó alegremente con sus hermanas y su madre, la reina emérita Sofía, mientras Letizia permanecía ausente, representando a la familia real en los Juegos Paralímpicos en París.

Boda Victoria Lopez Quesada y de Borbón Dos Sicilias

Sin duda, el de Jaime del Burgo, fue un golpe duro a Letizia. La pregunta es si será el golpe final. Lo que sí es seguro es que este cambio de dinámica en la familia real está dando mucho de qué hablar en las altas esferas, donde cada vez más se cree que, dado el silencio de la monarquía alrededor del asunto, todo lo que dijo Del Burgo era verdad. Y es que, tal y como dice el dicho, quien calla, otorga.