La revelación explosiva de Jaime del Burgo ha sacudido los cimientos del matrimonio real de Felipe y Letizia, dejando al descubierto un episodio oscuro que Casa Real había mantenido en secreto para proteger la institución. Aunque se creía que la crisis de 2013 se debía a tensiones políticas y escándalos de la corona, la verdad es mucho más personal.
Según Del Burgo, Letizia fue infiel a Felipe con él durante varios años, desde principios de los 2000 hasta 2002, cuando Felipe entró en escena. Inicialmente, su relación comenzó como una amistad mientras Letizia aún trabajaba en TVE, pero pronto evolucionó hacia algo más. Sin embargo, la llegada de Felipe cambió el rumbo de la relación, y Letizia optó por el príncipe en lugar del abogado.
Letizia quiso huir de Zarzuela con Jaime del Burgo
Letizia, descrita como una mujer ambiciosa y no necesariamente enamorada, vio en Felipe la oportunidad de ascender en la jerarquía real. Aunque se casó en 2004, las tensiones y los sentimientos hacia Del Burgo persistieron, llevándola a reavivar su relación extramatrimonial poco después de la boda real.
Los amantes, desesperados por escapar de la presión de la corona, incluso consideraron la posibilidad de mudarse a Estados Unidos y formar una familia a través de la gestación subrogada, según el abogado. Sin embargo, la situación se complicó, lo que dejó a Letizia atrapada en un matrimonio que ya se había visto afectado por la infidelidad.
El motivo detrás de la revelación de Del Burgo sigue siendo un misterio, aunque sus propios tweets sugieren un profundo resentimiento hacia la institución monárquica y los Borbón en general.
La reina Letizia también engañó a Jaime del Burgo
La historia de Letizia, sin embargo, no termina con Del Burgo. Se revela que su infidelidad no se limitó a él, sino que también involucró a otros, incluido Alonso Guerrero y el periodista David Tejera. Incluso se insinúa un romance con un piloto de la Fuerza Aérea Británica, lo que sugiere un patrón de comportamiento poco convencional por parte de la reina.
En última instancia, la imagen de Letizia como una mujer liberal y no monógama desafía la percepción pública de la realeza, revelando una complejidad subyacente en su vida personal que había permanecido oculta durante mucho tiempo. La traición hacia Felipe y la controversia que rodea su relación continúan siendo temas candentes en la esfera pública, arrojando una sombra sobre la corona española y sus protagonistas.