Jaime del Burgo no tiene quién le escriba. Su relato solo lo elabora él porque casi ningún periodista está dándole cobertura ni atención. En realidad todos los periodistas de crónica real lo siguen, solo hay que echar un vistazo a sus seguidores de twitter e Instagram, pero curiosamente lo hacen para uso personal. Casi nadie publica nada. La autocensura más bestia de la prensa en años. Eso no preocupa al examante de la reina, sabe que su relato llegará a todo el mundo a través de las redes sociales y del libro que promete publicar este 2024. EN Blau es de los pocos medios que escribe sobre el adulterio de Letizia. Punto por punto, sin excepciones. Y desde el primer día, aquel 3 de diciembre de la foto de la pashmina, hemos calificado a Felipe de cornudo, a Letizia de adúltera y a Del Burgo como "amante" de Letizia. Pero él nos ha hecho saber que no se identifica con este calificativo: amante. Lo que tenían Letizia y él era más que sexo, era amor.
Del Burgo en un tuit: "No me gusta el calificativo de "amantes" para referirse a la relación que tuvimos Letizia y yo, que algunos emplean. No cuando hablamos de años de amor consolidado, exclusividad, ilusiones y proyectos compartidos, del deseo mutuo de tener hijos y de envejecer dándonos la mano". Dos palabras clave: amor y exclusividad. Letizia y Jaime estaban muy enamorados, querían tener hijos. Y confirma que ya en el 2010 Felipe y Letizia tenían un pacto de vidas separadas: Jaime y Letizia mantenían relaciones de cama en exclusividad, no podían mantener sexo con otros. En el caso de Letizia, ni con su marido. Insólito pero cierto. Así lo explica una de las dos personas que vivieron aquella relación, Jaime del Burgo. El libro explicará cómo y por qué acabó aquel amor intenso entre la reina y su cuñado pero ahora del Burgo cuelga una foto borrosa en Instagram para recordarle a Letizia que él ha ganado: convive enamorado de otra mujer: la abogada de origen sueco Lucía Díaz Liljestrom, madre de su hija Ulla. Han pasado el fin de semana en Estocolmo, capital de Suecia:
El contraste es evidente: Jaime y Lucía hace 6 años que están casados y tienen una hija medio sueca y guapísima y cuelgan fotos enamorados mientras Letizia vive encadenada a un hombre a quien, evidentemente, no ama. No solo porque Felipe sea incapaz de darle apoyo ahora que todo el mundo sabe que Letizia lo engañó 2 años cuando las niñas eran pequeñas sino porque Zarzuela está arrinconando a la reina preparando al país para la gran decisión: el divorcio. Sería la primera vez en la historia de las monarquías que un rey se divorcia. Pero también es la primera vez que un rey es humillado de esta manera por la reina: colgándole unos cuernos en la cara y delante de toda España.