Jaime del Burgo y Jaime Peñafiel han vuelto. La pareja de Jaimes que se confabuló hace medio año para hundir a Letizia como el camino más corto para derribar a Felipe, han recibido fuertísimas presiones para callar. Peñafiel fue despedido del diario El Mundo donde escribía cada sábado desde hacía 30 años. Del Burgo ha tenido que eliminar todas sus publicaciones de twitter e Instagram y ahora se limita a comentar asuntos irrelevantes de economía, pederastia o el cultivo de la remolacha. Muy ridículo. Pero este sábado los dos, rabiosos contra Letizia porque les ha derrotado y les ha silenciado, se han puesto de acuerdo para asomar el hocico, amenazando a Letizia asegurando que se sabrá todo.
Ahora la consigna es que Del Burgo ya no escribirá un libro sobre Letizia. El amante de la reina quedó exhausto con solo escribir el título porque era demasiado largo: Y nada más que la verdad. Su enorme vanidad le impide que su esperadísimo libro lo escriba lo que en argot literario se denomina un negro, un escritor profesional que redactaría toda la historia pero firmando Del Burgo apropiándose de la autoría, como Ana Rosa Quintana con Sabor a hiel. Para no sufrir esta vergüenza, Del Burgo anunció el 1 de mayo que en lugar de un libro producirá una serie de ocho capítulos, un trabajo mil veces más titánico que redactar un libro. Y evidentemente alguien tiene que escribir los ocho guiones, y tampoco será Del Burgo, que dice que no tiene ánimo. Escribe que está tan ocupado que no sabe cuándo son las elecciones en Euskadi o responde a una periodista monárquica, Carmen Duerto, diez días después. En la respuesta anuncia una novedad poco explicada que sirve para entender sus cambios, golpes de volante y movimientos absurdos: Del Burgo tiene problemas de salud.
Dice que no está sufriendo censura. Entonces, ¿por qué ha eliminado todas las revelaciones que fue escribiendo en twitter contra Felipe y Letizia? Es un señor con problemas de salud, sufrió dos infartos pulmonares y ahora reconoce que la razón de no escribir el libro es que sufre de salud: "Mi mala salud de hierro me obliga a priorizar". Es decir, ha anunciado a los cuatro vientos que la razón de su vida es salvar España, cargarse la monarquía y explicar su relación extramatrimonial con Letizia durante dos años poniendo los cuernos al rey y ahora dice que no tiene tiempo, que tiene que viajar. Pero que pondrá dinero para que otros escriban ocho guiones y rueden una serie de ocho episodios en un tiempo récord y sin ninguna cadena que lo emita. La clave para entender este nuevo giro, esta rectificación, es cuando dice "Tengo una familia preciosa", una mujer joven y una hija pequeña. Se aparta de toda la polémica para protegerlas. No hay más. Pero mantiene la intención de ser una gota malaya, de ir apareciendo para decir tonterías como las que acaba de escribir, largas, de barra de bar, de vendedor de humo:
Un tuitero anónimo ha acertado tanto que ha picado a Del Burgo, que le ha respondido reconociendo lo cómodo que es estar lejos pontificando de todo. Del Burgo es el señor que se atreve a escribir "Tengo la obligación de contar la verdad" pero borrando todo lo escrtio. Jaime Peñafiel ha salido a rescatarlo y el mismo sábado ha citado por primera vez a Jaime del Burgo en su nueva columna semanal en OK Diario: "La vida de una reina consorte va a ser convertida en una serie que Atresmedia ha comprado ya los derechos. No se trata de Letizia, que podría por su apasionada y apasionante vida y que amenaza Jaime del Burgo con contar, sino de Máxima". O sea, Peñafiel y Del Burgo promocionando al mismo tiempo una serie que es una "amenaza" pero que todo el mundo sabe que no se emitirá nunca. En Madrid, la Corte del rey Felipe, todos saben que la infidelidad de Letizia con este señor es cierta. El escándalo ya no es que fuera infiel a Felipe sino que para serlo escogiera a un individuo como este.