Juan Carlos tenía claro que Letizia traería problemas a la corona. Cuando Felipe le presentó a su prometida, el emérito le obligó a romper con ella, pero no iba a volver a obedecer sus órdenes. No estaba dispuesto a vivir un matrimonio infeliz como el suyo solo por pertenecer a Casa Real. Si no se casaba con ella abandonaría el trono. No le quedó más remedio que aceptar a regañadientes aquella relación, la reina Sofía se comprometió a hacer de ella una gran reina. Juan Carlos tuvo que ayudarse del CNI para ocultar todos los episodios oscuros que giraban alrededor de la actual monarca. Dos de los episodios más oscuros fueron sus supuestos abortos.
Sin embargo, Jaime del Burgo ha destapado el escándalo que Zarzuela ocultaba desde hace 10 años, el verdadero motivo de la gran crisis que atravesaron Felipe y Letizia en 2013. No se trataba de problemas en la corona por las fechorías de Juan Carlos o el caso Nóos que implicó a Iñaki Urdangarin, sino por una supuesta infidelidad. Lo desveló sin miedo a represalias ni amenazas. Ni tampoco ha aceptado ofertas millonarias. Su intención es destrozar a la corona española. Se declara monárquico, pero no borbónico.
Jaime del Burgo guarda pruebas en una caja fuerte que destrozarían a la corona
Jaime del Burgo intentó detener la abdicación de Juan Carlos I, que según él fue organizada por Letizia. "Días antes de que el rey abdicara, intenté evitar la ceremonia mediante una conversación con el jefe de la Casa. La información que le proporcioné nunca llegó a oídos del interesado; por el contrario, fue utilizada para facilitar su renuncia. Quizás algún día considere realizar una tesis doctoral en derecho sobre el vicio en el consentimiento y esa histórica abdicación. 'Compórtate', me dije a mí mismo. ¿Frente a la injusticia? ¿Convertirme en un Sancho glotón y perverso? ¡Nunca! Las luchas familiares son una cosa, pero ensañarse con un anciano indefenso es otra. ¿Desterrado a morir en tierra de moros? ¿Por qué? Morir lejos de casa es lo peor que le puede suceder a alguien.”
"El día que el CNI registró mi casa en Genthod, a las afueras de Ginebra, en el número 9 de la rue de Village, buscando lo que siempre estuvo y sigue custodiado en una caja fuerte de una institución financiera con la orden expresa de ser entregado al defensor de mi memoria en caso de muerte accidental o prematura, ese día, digo, también me comporté a la vista de toda mi intimidad vilipendiada", continúa. En caso de muerte prematura o accidental, estos documentos se harán públicos. No tiene miedo a nada.