Jaime del Burgo hace tiempo que ha perdido comba con respecto a ruido mediático. Los motivos de su desaparición repentina, tras poner patas arriba a la Casa Real española, no han sido aclarados del todo. Todo indica que alguien le ha recomendado cerrar el grifo con respecto a sus bombas como examante de Letizia, reina de España. Pero también hay quien cree que todo obedece a la publicación del famoso libro de memorias, que tendría que acabar el trabajo empezado por Jaime Peñafiel, otro caído en la batalla. No está nada claro que llegue a las librerías, la verdad. Se le ve extenuado, sin ánimo. Algo ha pasado, y el 'Adiós princesa' de David Rocasolano parece que seguirá siendo el máximo quebradero de cabeza editorial de los royals españoles. Quizás algún día nos explica qué se torció.
Del Burgo ha pasado de masacrar a Letizia con mensajes crípticos y no tan crípticos, a reducir sus aportaciones a testimoniales y anecdóticas, sin pronunciar en ningún momento el nombre de la consorte. El cambio es evidente. Una evidencia en textos como el que nos ha regalado este mismo domingo 21 de abril de 2024. Parece que no es un buen día para el navarro, de pensamiento e ideología ultraconservadora. No es despecho sentimental: si ha atacado a Letizia y Felipe donde más daño hace es, en realidad, porque los considera cómplices de la destrucción de España. Un país como el que mamó en casa, con su padre político del PP de Aznar y expresidente foral de Navarra. Pedro Sánchez, los independentistas catalanes, la amnistía... son los enemigos. Pues bien, faltaba una pata en la mesa. Y esta llega de Euskadi: elecciones al Parlamento vasco, con Bildu como principal favorita a dar la sorpresa.
No hay que decir que este escenario, el de un candidato abertzale triunfando en las urnas, perturba al españolismo. Y hasta que llegue el recuento definitivo, será una jornada de nervios que seguirá desde el extranjero con un nudo a la garganta. Lo decimos por el contenido de su último tuit. Una sorprendente súplica gruñona al único amigo poderoso que le queda en este mundo. Parece más bien una amistad platónica, pero le permite dirigirse de tú a tú: Elon Musk, propietario de X. Recuerden que hace unos meses, antes del apagón informativo de Jaime, hablaba maravillas del magnate y de la libertad que encontraba en su red social. La única que no le taparía la boca ni ocultaría sus revelaciones, práctica habitual de los medios tradicionales e incluso del universo virtual. Pues bien, esta historia de amor también se tambalea. Y Del Burgo intenta salvarla para salvar a España.
Traducimos el texto de furia de Jaime, escrito en inglés: "Querido Elon, ¿podrías comprobar el equipo X en España? Encuentro que todavía está lleno de viejos censores woki-woki y manipuladores de Twitter en manos del gobierno socialista-comunista-terrorista español. Gracias". Las respuestas valen la pena, el crisol que reflejan es muy interesante desde un punto de vista sociológico. ¿Nuestra conclusión? Que se está quedando muy solo. Y que su revuelta hace aguas. La partida de póquer iba bien, pero de pronto las cartas parecen todas malas. Será que alguien está haciendo trampas.