Jaime de Marichalar desapareció de Casa Real sin dejar rastro. Todo lo contrario que Iñaki Urdangarin, que piensa vengarse de la familia de su todavía mujer por llevarle a prisión. El exduque de Lugo y la infanta Elena sufrieron varias crisis, con la fecha de boda y las invitaciones enviadas, la pareja quería separarse, pero Juan Carlos I le dijo a su hija que aguantase. Discutieron el día de la boda. El empresario se volvió una persona muy antipática, su comportamiento era cambiante. Tuvieron hijos para salvar sus problemas, pero les han dado aún más. La hermana de Felipe VI estaba dispuesta anunciar su divorcio, pero su entonces marido sufrió un ictus y aplazó la decisión hasta su recuperación.

Ahora vive en paz y tranquilidad, alejado del foco mediático. Con la infanta Elena no tiene ningún tipo de contacto. Las pocas veces que han hablado de sus hijos ha sido para pelearse. Como ahora, que Jaime de Marichalar no veía con buenos ojos que Froilán se fuese a Abu Dabi, él estaba dispuesto a quedárselo.

Jaime de Marichalar efe

Y es que Jaime de Marichalar siempre ha actuado con sus hijos como un amigo. Tal vez por este motivo, Froilán y Victoria Federica le quieren tanto, al contrario que a la infanta Elena, con quien la relación es algo tensa. El exduque de Lugo asesora a su hija en su carrera como influencer y modelo, de hecho es él quien le ha animado a que tomase este camino. No quería estudiar ni trabajar y pensó que de esta forma encontraría una ilusión en la vida. A la infanta Elena no le gusta demasiado.

Felipe y Letizia piden a Jaime de Marichalar que ejerza de padre 

La infanta Elena siempre ha ejercido de madre y padre a la vez desde que se divorció. Se ha hecho cargo de sus hijos, y es algo que siempre ha echado en cara a Jaime de Marichalar, especialmente cuando venían problemas. Felipe y Letizia han llamado la atención a ambos en numerosas ocasiones porque Froilán y Victoria Federica están poniendo en jaque a la monarquía con sus polémicas acciones.

Jaime de Marichalar y Victoria Federica efe

Es Jaime de Marichalar quien paga todos los caprichos de los “niños”. De hecho, Victoria Federica pasa olímpicamente de la Misa de Pascua y disfruta de unas vacaciones a todo lujo en Cancún.

Felipe y Letizia piden a Jaime de Marichalar que se quede en el rol de padre y se olvide de ese amigo enrollado. No debe poner a sus hijos nada en bandeja y debe castigarles cuando tienen un comportamiento adecuado. A esos jóvenes les falta la imagen paterna. La infanta Elena ha hecho con ellos lo que ha podido, pero se le han escapado de las manos.

Nuevamente han tenido otra tensa discusión. Tal vez por ello, en la boda que coincidieron ambos ni tan siquiera se dirigieron la palabra, ni un saludo. Y es curioso que ni Jaime de Marichalar ni la infanta Elena hayan rehecho su vida.