Desde que se produjo su mediática separación de la infanta Elena, Jaime de Marichalar ha optado por alejarse completamente de la familia real española. Su desvinculación ha sido total, y, a día de hoy, no mantiene ninguna clase de contacto con su exesposa, ni siquiera cuando se trata de asuntos vinculados a sus hijos en común, Victoria Federica y Froilán. La distancia entre ambos es absoluta, al punto de evitar cualquier coincidencia en actos públicos o reuniones privadas. Marichalar ha llevado una vida muy reservada desde entonces, estableciéndose en un tríplex de lujo en el exclusivo barrio de Salamanca, en Madrid, donde mantiene un perfil bajo y sus apariciones son contadas. Su entorno está compuesto principalmente por miembros de la alta sociedad, pero evita todo tipo de interacción con los Borbones.

Jaime de Marichalar / GTRES
Jaime de Marichalar / GTRES

A pesar de la frialdad con que fue tratado tras el divorcio, nunca supuso un verdadero problema para el rey emérito Juan Carlos I. En su momento, fue la propia infanta Elena quien decidió separarse, convencida de que su matrimonio no le aportaba felicidad. Se dice que nunca estuvo realmente enamorada de Jaime, y que la boda respondió más a una imposición familiar que a un deseo personal. Los reyes veían conveniente que su hija se casara con un miembro de la nobleza, pero esa unión terminó resquebrajándose. Al conocerse la decisión de la separación, Juan Carlos I mostró cierta resistencia, temiendo que este acontecimiento pudiera afectar negativamente la imagen de la monarquía. También existía el temor de que Marichalar pudiera revelar secretos comprometidos sobre la familia real. Sin embargo, con el paso del tiempo se comprobó que no tenía intención de dañar a la institución. A diferencia de Iñaki Urdangarin, Jaime nunca intentó sacar beneficio de su relación con la Casa Real ni buscó ningún tipo de compensación económica.

El caso de Urdangarin fue mucho más escandaloso. Tras su implicación en el caso Nóos, acabó cumpliendo condena en prisión. Aunque contaba con información comprometedora sobre figuras clave, incluyendo al propio Juan Carlos I, optó por no implicar a nadie. Como gesto de agradecimiento y compensación, el rey emérito le garantizó su bienestar futuro, otorgándole una generosa indemnización de dos millones de euros a cambio de su silencio, además de una pensión vitalicia de 25.000 euros mensuales. Actualmente es el propio Juan Carlos quien realiza estos pagos, aunque, tras su muerte, será la infanta Cristina quien los asuma.

Jaime de Marichalar pone las cartas sobre la mesa para proteger a sus hijos 

Por su parte, Jaime de Marichalar no ha solicitado dinero en ningún momento, aunque sí ha mostrado su molestia por las acciones que, según él, se han orquestado desde el entorno de Felipe VI y la reina Letizia contra él y sus hijos. Particularmente, critica la situación de Froilán, quien fue enviado a Abu Dabi sin haberlo deseado. Según su padre, el joven prefería quedarse en Madrid, pero fue presionado para marcharse. Su beca terminó hace meses y no ha recibido nuevas ofertas laborales, lo que refuerza la teoría de que existe una voluntad deliberada de mantenerlo lejos de España.

Frente a este escenario, Jaime ha advertido a los actuales monarcas que, si no se les permite a sus hijos vivir con tranquilidad y recibir el apoyo necesario, él podría revelar información que ha mantenido en reserva durante años. Aunque ha optado por el silencio hasta ahora, asegura que no ha olvidado lo ocurrido y que, de ser necesario, está dispuesto a hablar públicamente.

Victoria Federica de Marichalar, HBO
Victoria Federica de Marichalar, HBO