Froilán ha dado demasiados quebraderos de cabeza a Casa Real por su comportamiento desde su adolescencia. El hijo de la infanta Elena está más preocupado por la fiesta que por los estudios o el trabajo. Parece que había cambiado, pero no es verdad. Felipe VI y Letizia obligaron a su madre a tomar una decisión al respecto. Le pidieron que lo apartase del foco mediático. Había provocado demasiados escándalos. Participó en una pelea con arma blanca a las puertas de una discoteca en el prestigioso barrio de Salamanca el día de Navidad. Un mes más tarde fue desalojado de un after ilegal en el que llevaba cuatro días de fiesta sin dormir. El local superaba el aforo permitido y tan solo tenía licencia de sauna. La policía encontró sustancias estupefacientes en la habitación donde estaba el hermano de Victoria Federica con unos amigos.

Finalmente se decidió que Froilán se marchase a Abu Dabi, donde reside desde agosto de 2020 Juan Carlos I. Su abuelo se ocupó personalmente de él, le consiguió un trabajo como becario en una conocida petrolera por el que ingresaba 7.500 euros mensuales, pero no le han renovado el contrato, y vive en un piso de 500 metros cuadrados. El hermano de Victoria Federica quiere volver a España, pero parece que no se lo van a poner nada fácil. Cada vez que pone un pie en Madrid es noticia, y eso es lo que la corona quiere evitar.

Jaime de Marichalar culpa a Juan Carlos del comportamiento de su hijo
Jaime de Marichalar se ofreció a quedarse a su hijo en su casa y controlarle, pero Casa Real no lo vio factible, tampoco la infanta Elena, quien no mantiene relación con el exduque de Lugo. Sin embargo, Jaime se siente muy decepcionado con la actitud de Froilán, cree que a sus casi 30 años tiene una actitud de adolescente que debería cambiar y centrarse.
Para el ex de la infanta Elena, Juan Carlos I es uno de los principales culpables. Se ha fijado en él y se comporta exactamente igual. Una persona que siempre ha creído que estaba por encima de la ley. De fiesta en fiesta, como si no importase nada más. Considera al emérito una mala influencia. Estar con su abuelo no cree que le beneficie, al contrario, solo puede empeorarle. Pide a Felipe VI y Letizia que den autorización para que su hijo vuelva a España, él mismo se ocupará personalmente de enderezarle y buscarle un trabajo. Es en lo único que coincide con Letizia, ella tampoco quiere al emérito cerca de sus dos hijas.
