La infanta Elena no guarda ningún tipo de relación con Jaime de Marichalar. Desde que se divorciaron en 2009, ambos emprendieron caminos separados. Ni tan siquiera mantuvieron la comunicación por sus hijos, actuaron por separado, aunque fue la hija de los eméritos quien siempre llevó la voz cantante. Victoria Federica y Froilán siempre han querido mucho a su padre. En cambio con su madre no han dejado de discutir, aunque al convivir con ella es más normal.
Desde que son mayores de edad han preferido relacionarse más con Jaime de Marichalar. Al exduque de Lugo no le pareció bien que Elena enviase al hijo de ambos a trabajar a Abu Dabi. A la infanta tampoco le pareció bien que su exmarido haya ayudado a Victoria Federica a crecer en el mundo de las redes sociales.
Victoria Federica se ha saltado todas las normas de Zarzuela y se ha convertido en un personaje público. Las marcas se dan bofetadas por ella. Es la más deseada. Todo es gracias a su representante, el propio Jaime de Marichalar. Sabe como se mueve el mundo de la moda y tiene unas grandes amistades. Todas ellas personas de la realeza y multimillonarios.
Jaime de Marichalar y Victoria Federica viven como ricos en París
Padre e hija se han vuelto a escapar a vivir y llevan un tren de vida muy elevado, al alcance de muy pocos bolsillos. No se privan absolutamente de nada. Esta semana se encuentran disfrutando de la Semana de la Moda de París.
A través de sus redes sociales, Victoria Federica ha mostrado su lado más personal y ha compartido con sus seguidores como ha llegado al aeropuerto de París en un día lluvioso y ha elegido la ropa para la ocasión.
Jaime de Marichalar y Victoria Federica han sido vistos en un lujoso restaurante de París con triple estrella michelín y en el que han desembolsado miles de euros. Y ya no hablemos del hotel de cinco estrellas gran lujo con todas las comodidades en el que se hospedan en pleno centro de la capital parisina. Durante toda la semana dormirán en una suite. Más de mil euros la noche.
Pero padre e hija no han desembolsado ni un solo euro. Como siempre, esta vida de lujo está financiada por las marcas. Son las que se encargan de pagar todos sus caprichos para deslumbrar.