Los biógrafos de Juan Carlos están haciendo horas extras. El rey emérito a los 83 años esconde que sufre demencia senil, según revela el último libro sobre la Corona, el de José Antonio Zarzalejos. Otro cronista veterano de derechas, Jaime Peñafiel, contribuye a clavar un clavo más en el sarcófago de Juan Carlos. En el último artículo en el digital República.com revela un episodio repugnante que protagonizó el rey cuándo era rey con su todavía esposa, la reina Sofía. Hay muertos, cinismo, cobardía y llantos. Tiene de todo.

Juan Carlos y Sofía, detestándose, GTRES

Sucedió el año 1981, cuando moría en un quirófano la madre de Sofía, la reina Federica de Grecia. Quien primero recibió la noticia fue el yerno, Juan Carlos, que se acobardó y no se atrevió a comunicarlo a su mujer. La anécdota causa repugnancia hacia quien ha sido durante 40 años jefe del Estado. El personaje es viscoso. Escribe Peñafiel: "La suegra del rey quiso eliminarse unas manchas en los párpados y se sometió a cirugía estética con anestesia total. Esta decisión le costó la vida. Se tragó la lengua, asfixiándola"

La reina Sofía con su madre, la reina Federica, GTRES

Los reyes estaban en Cataluña, era febrero y esquiaban en la Vall d'Aran: "Juan Carlos no se atrevió a dar la noticia a Sofía. Prefirió, cobardemente, decirle que Federica se encontraba ligeramente indispuesta y que era mejor que regresara. Fue una cobardía inhumana. Sofía en helicóptero de Baqueira a Zaragoza, donde le esperaría un avión a Madrid. En la base aérea se enteró de la terrible noticia que su marido no había tenido el valor de darle. Lo supo por el Jefe del aeródromo. El viaje de regreso que hizo llorando desconsoladamente en el avión".

Sofía detesta al marido, pero aguanta, GTRES

Juan Carlos calló y tuvo más valentía un empleado maño de un aeródromo aragonés. Penoso. Peñafiel entierra al decrépito Juan Carlos: "Nadie entiende tanta cobardía, tanta crueldad y tanto desprecio al dolor de su se esposa por parte de Juan Carlos, que cenaba en Baqueira con Alfonso Armada. Estuvieron reunidos hasta la madrugada cuando faltaban 18 días para el 23-F". Juan Carlos no tenía tiempo para suegras muertas. Estaba organizando un golpe de Estado.