La Casa Real española se salta más leyes democráticas que normas de protocolo monárquico. Media Familia Real tiene problemas con la justicia o con Hacienda. Juan Carlos, Iñaki Urdagarin y los Borbones usuarios de tarjetas black (la reina Sofía, las infantas y los nietos Marichalar), se saltan la ley. Pero en cambio, puertas afuera, cumplen los protocolos regios: besamanos, reverencias, tratamiento de Altezas y toda la parafernalia. Hay un miembro de la familia, sin embargo, que se salta el protocolo cuando le da la gana. Es Letizia. La acaba de delatar el de siempre: Jaime Peñafiel.
Peñafiel destaca en el digital LOC tres errores de protocolo de Letizia en una sola noche, la de la cena de Estado durante la visita a Andorra hace unos días. El primero: "Vergüenza tenía que haberle dado acudir a una cena presidida por el copríncipe de Andorra, el obispo de Urgell, vistiendo tan provocador atuendo". Un estilismo atrevido, de escote palabra de honor, plumas, hombros desnudos y bíceps híper musculados. Inadecuado cuando el co-príncipe es un obispo. Letizia inapropiadísima. Las otras dos pifias son durante el brindis de Estado. Vídeo:
Escribe Peñafiel: "¿Es que en el Protocolo de Zarzuela no hay nadie que pueda aconsejar a la consorte real cuando se brinda en una cena de gala?". Y señala dos pifias más de protocolo: "Primero hay que quitarse la mascarilla y luego llevarse la copa a los labios aunque no se beba. Letizia dio la nota en los dos brindis fallidos. Lo hizo con la mascarilla puesta y poniendo la copa directamente en la mesa sin haber bebido". Se ha escrito mucho sobre el problema de Letizia con el alcohol, que le impide incluso hacer ver que se moja los labios en un brindis de Estado.
En Zarzuela no hay nadie con suficiente autoridad, ni el rey Felipe, para corregir a Letizia, la indomable. Remata el cronista real: "Por muy abstemia que se sea y por mucho que aborrezca el alcohol, el respeto al protocolo y a su marido es obligado. De seguir así, habrá que suprimir los brindis cuando la consorte española asista a las correspondientes cenas de gala". Letizia le falta al respeto al jefe del Estado, y marido, con sus manías. Y como no se puede suprimir a Letizia, que se supriman los brindis.