Pilar Rahola se sorprendía en Cuatro, única cadena estatal que la tiene de tertuliana en Todo es mentira: "¡Jaime Peñafiel se ha hecho republicano!". Era después de escuchar al decano de la crónica real diciendo que Letizia no puede exigir reverencia a la indepe Ona Carbonell. Peñafiel NO es republicano sino que a sus 88 años es lo que le da la gana. Repite el mantra no soy monárquico sino juancarlista. Pero le divierte provocar y hacer rabiar a la prensa ultra, a Zarzuela y a Letizia. Ha escrito una exigencia que hace temblar a la derecha unionista: quiere un referéndum.
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Rivera no quiere que se pueda escoger entre seguir en España o la independencia de Catalunya. Ni entre monarquía o república. La derecha se caracteriza por conservar privilegios. Peñafiel no es indepe ni republicano pero sí demócrata, quiere que España se pronuncie en concreto sobre un jefe de Estado elegido por sufragio universal o que se herede. Un vestigio medieval que pocos países de la UE mantienen (los nórdicos y poca cosa más).
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Así lo escribe Peñafiel literalmente: "Ya es hora de que los españoles se manifiesten sobre la monarquía mediante un referéndum. Con los políticos que tenemos, no me cabe la menor duda que la Institución ganaría de calle" (republica.com). Un deseo, votar, y un vaticinio, ganaría la monarquía pero no porque Felipe sea un estadista sino por la porquería de clase política que se ha visto durante la última investidura.
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No impoprta lo que saldría, lo relevante es poder decidirlo. Peñafiel no sabe si vivirá para ver el referéndum pero ya tiene la camiseta comprada con el lema: "Quiero votar". Hacen falta más Peñafieles.