Jaime Peñafiel sigue picando piedra. El cronista real mantiene viva la memoria de todo aquello que pueda describir mejor al personaje de Letizia. La ha lamado Barbie, la ha acusado de maquillar a su hija Leonor como una Lolita y ahora la remata con un aspecto que ya había revelado a En Blau Pilar Eyre: Letizia detesta los perros. En una entrevista exclusiva, Eyre nos confesaba: "Letizia incluso expulsó al perro de Zarzuela! Las familias reales o los presidentes de EE.UU. siempre tienen perros y ellos nada. Animalistas no son. Felipe va a los toros". Ahora Peñafiel va más allá y desde el diario República.com acusa a Letizia de acabar con la presencia canina en Palacio, cuando hace años en Zarzuela cada miembro de la familia llegó a tener su perro: Felipe, a “Balú”, un terrier y, más tarde, al pobre “Puskin”, un schnauzer; su hermana Elena, un golden retriever, “Bruja”; Cristina, un teckel, “Gringo”.
Felipe y Puskin tenían una relación especial:Cuando Puskin intuía que Felipe se iba de viaje, empezaba a tener problemas de estomago, vomitando con frecuencia. El príncipe no llamaba a nadie del servicio para recoger los vómitos, lo hacía el mismo". Pero de golpe, cuando llegó Letizia en Palau fue, según Peñafiel, como cuando el padre de Cenicienta se casó con la madrastra mala: "Cuando en 2004 contrae matrimonio, lo primero que hizo Letizia fue prohibir que el perro durmiera no en el dormitorio con su amo sino en la casa. No soportaba entonces ni los perros ni los gatos". Lo que nos faltaba por saber: Letizia antianimalista.
Peñafiel se recrea: "Felipe lo pasó muy mal. Pero, como se está viendo, para evitar mayores problemas, aceptó lo que ella había decidido. Cuando al pobre perro le echaron de la casa, debió internarse en los montes que rodean La Zarzuela. Posiblemente, moriría de frío o atacado por los jabalies u otras alimañas que habitan en la reserva porque de él no se volvió a saber". El pobre Puskin devorado por jabalíes por culpa de la princesa. En público, la futura reina disimulaba acariciando cachorros junto a Camila Parker Bowles y Esperanza Aguirre. A Peñafiel sólo le quedaría por añadir, con su inconfundible acdento andaluz, La alimaña de España es Letizia.