Si quedaba alguna prueba de que el periodista y escritor Jaime Peñafiel, de entre toda la fauna monárquica española, ha tomado partido claramente por la reina Sofía, con la publicación de su último libro, Los 80 años de Sofía, ya no queda ninguna duda. El cronista por excelencia de los Borbones dispara con bala contra todo y contra todos. De hecho, se muestra contundente a la hora de analizar el futuro que le espera a la monarquía española: "en poco tiempo solo quedarán 5 reyes en el mundo: los 4 de la baraja y la reina de Inglaterra. No quiero ser agorero, pero la monarquía española tiene su fecha de caducidad", ha dicho en una reciente entrevista en el programa "Hoy por hoy" en la Cadena SER.
Incluso, cuando quiere alabar las virtudes de su querida reina emérita, también le da algún zasca: "como reina ha sido una gran profesional, en palabras del propio rey Juan Carlos. Pero ha sido un fracaso como madre, porque no ha sabido educar a sus hijos; como abuela y como mujer también ha fracasado". Quien se lleva la peor parte, no hace falta decirlo, es evidentemente la reina Letizia, autor del desplante "más terrible que he visto en mi vida en este país", cuando le hizo el feo a Sofía en la Catedral de Palma: "la reina emérita estaba siendo humillada, vejada, nadie salió en su defensa, y Felipe estaba asustado". Un Felipe al que Peñafiel considera buena persona, "pero es un pobre hombre que vive con una persona con reacciones viscerales".
Sorprende, sin embargo, lo que ha explicado Peñafiel sobre el momento en que el rey emérito empezó a ponerle en su diana y empezó a volverle la espalda, a pesar de las muchas veces que en el pasado coincidieron. Explica el escritor que "este país no es monárquico, este país era juancarlista". Sigue expresando que él, "como dijo Clooney, 'soy viejo y rico y eso se un peligro'". Un peligro por su crítica a una institución en un país donde "la prensa española es muy cortesana. Yo soy respetuoso con todo, pero soy crítico".
Y de entre sus críticas, quienes no se las tomó nada bien, sino todo lo contrario, fue el rey Juan Carlos. ¿Cuándo se torció su relación con el padre del actual rey de España? En un viaje de los reyes a Inglaterra. Explica Peñafiel que la española fue la única monarquía que no fue recibida por la reina Isabel. Una reina que dijo que fueran hacia Windsor, cuando Juan Carlos lo que quería era subir encima de una carroza y ser recibido por los príncipes de Galas en Buckhingham, cosa que no pasó, "y yo lo critiqué porque no era un protocolo adecuado para la familia real española", reconoce el periodista. Estas palabras sulfuraron al rey emérito, "se molestó mucho". Tanto, que incluso, en una recepción pasó un hecho sorprendente, sobre todo, por el tono: "me dijo que no tenia ni puta idea de lo que escribo y yo le expliqué que no me gustó ese protocolo. Y me mandó callar". Un lenguaje muy diplomático. Un "¿Por qué no té callas?" pronunciado muchos años antes, y cambiando a Chávez por Peñafiel.
El entonces secretario general de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, le dijo entonces a Peñafiel que el rey "estaba cabreado porque el viaje se hizo en unas condiciones que él no quería", y lo pagó con el cronista. Aun así, Peñafiel reconoce sentirse entristecido cuando Juan Carlos dejó su lugar a su hijo Felipe, un complot, como él mismo lo define: "A mí me entristeció porque fue un complot familiar. La reina fue engañada, Letizia nunca se llevó bien con Juan Carlos y a Felipe ya le tocaba. Yo había escrito que el rey no abdica, muere como rey... y abdicó", concluye.