Uno de los problemas que tiene España con la Casa Real no se explica nunca: la endogamia. No que los reyes se preocupen sólo de ellos mismos (que también). Endogamia en sentido médico, genético: familiares que se casan entre ellos y tienen hijos con los genes mezclados de la misma sangre. Un peligro con consecuencias para la salud. Peñafiel explicó cómo Juan Carlos hizo que la Constitución fuera machista en la sucesión a la Corona para evitar que la hija mayor fuera reina: el rey dudaba de las 'condiciones intelectuales' de Elena para reinar.

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Peñafiel quiere saber si la primera en la línea sucesoria, la princesa Leonor, tendrá problemas "intelectuales" como los que atribuye a su tía Elena. Una pregunta que toda España se hace pero nunca se formula. En una ocasión el diario El Mundo preguntó a la biógrafa de Leonor por la supuesta discapacidad de la niña: "Qué le dice a aquellas personas que aseguran que Leonor tiene algún tipo de discapacidad y esta es una de las razones del ocultamiento excesivo en el que vive". Respuesta: "No es la presunta discapacidad la causa del ocultamiento sino que el ocultamiento agranda y convierte en verosímil el rumor de la discapacidad. No hay ninguna constancia acerca de ello en el caso de la princesa, al contrario, la Casa lo desmiente de manera oficiosa".

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Peñafiel, en el digital LOC, cita a un conocido genetista. Escribe el cronista real que Leonor se salva de problemas genéticos gracias a Letizia:  "Afortunadamente y gracias a la llegada a la Familia Real de una plebeya y nieta de un taxista como Letizia Ortiz,  Leonor tiene una consaguinidad cero. Tal cosa no se daba entre los Borbones por culpa de la endogamia entre familiares. Afortunadamente, algunas reinas y princesas regeneraron la sangre a través de la vagina con intercambios sexuales ajenos a la estirpe". Es decir, lo que ha salvado a la Corona de sufrir una discapacidad intelectual más severa es que las mujeres de la familia han practicado sexo fuera del matrimonio y eso ha limpiado los genes de endogamia.

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Algunas reinas buscaron fuera de lo que no tenían en Palacio. El cronista cita a Maria Luisa de Parma e Isabel II "muy apasionada ella, tenía furor uterino y la casaron con su primo hermano Francisco conocido como Paquita". Peñafiel insinúa que el primo y marido de la reina era homosexual y los hijos eran de otro: "De quiénes eran los hijos que tuvo, es otra historia. Ninguno de su padre oficial, of course". Peñafiel no osa decir si Letizia está entre sus predecesoras obligadas a cometer adulterio por tener maridos reyes gays.