Todavía truena el silencio de Felipe VI en el discurso de la Pascua Militar sobre los militares golpistas que le envían cartas contra la democracia. Contrasta este silencio del jefe de las fuerzas Armadas con el ruido que hizo al monarca en el único discurso trascendental que ha pronunciado en su vida, el del 3 de octubre de 2017. Palabras contra los independentistas al día siguiente de ser golpeados por la brutalidad policial. Asumió que nunca será el rey de los catalanes. Ahora el diario más monárquico de Cataluña, el del conde de Godó, enmienda a Felipe en un artículo del abogado Xavier Melero.
Escribe el abogado defensor de los presos políticos y cero independentista Melero: "El Rey se dirigió al ejército con uno de aquellos uniformes que le estan tan bien, forrado de medallas y bandas que celebran méritos misteriosos y con toda la elocuencia que le permite su limitado registro interpretativo. Esta tendencia al bostezo se vio interrumpida en el 2017, ante el conflicto civil català, cuando Felipe VI abandonó aquel ejemplar homenaje institucional al aburrimiento y se quiso poner de lleno. No deja de sorprenderme la estupidez que supuso no haber reservado al Rey como la mejor de las cartas para cualquier posible reconciliación entre los ciudadanos de Cataluña. No haberlo instado a propugnar en términos exquisitamente neutrales la concordia de todos sin despreciar las legítimas aspiraciones de algunos, por mucho que estas no fueran compartidas ni por la Corona ni por la mitad de los ciudadanos de la comunidad. Una pena, en fin".
Del discurso de Navidad, Melero escribe: "Fue un quiero y no puedo de medio pelo plagado de eufemismos y sobreentendidos". Con un jefe del Estado así, la corona caerá por su propio peso. Ni en La Vanguardia se la defiende.