Los Borbón y los Ortiz son el hambre y las ganas de comer. Se complementan muy bien cuando se trata de ofrecer un buen espectáculo de folletín. Los asturianos no tienen nada que envidiar a su familia política, y la mejor prueba viviente es Jaime del Burgo. El hombre que está haciendo temblar los cimientos de Zarzuela, pasando como un ciclón sobre las vidas de la actual reina Letizia, pero también de su hermana Telma. Con la primera mantuvo dos relaciones amorosas duraderas; una antes de Felipe y la otra, sostiene sin ninguna oposición, ya como princesa de Asturias y con exclusividad. Con la segunda, un matrimonio de 4 años que hoy en día parece una manifestación de despecho, pero también de un pacto extraño entre Letizia y Telma. No salió nada bien.
Tan mal que Del Burgo ha pasado a una ofensiva brutal alimentada por la su ideología ultra, y está revelando los secretos íntimos de la reina, disparando alarmas y maniobras defensivas en Casa Real. Controlar los medios más poderosos fue el primer paso, y gracias a él consiguieron el cuello de Jaime Peñafiel, correa de transmisión del examante, aunque no le guste el término, de Letizia. También vinieron situaciones impostadas como la asistencia a la comida de cumpleaños de Elena con todos sus enemigos susurrando en su cara. Juan Carlos, Cristina, Victoria Federica, Pablo Urdangarin, también Sofía. Proyectar normalidad requería un sacrificio. La familia política ganaba. ¿Pero, y sus aliados? ¿Qué se ha hecho de ellos?
Pues bien, hace unos días vimos nuevamente a Telma Ortiz en televisión, pillada en la calle por un reportero de agencia que le hacía la entrevista más absurda de la historia de la prensa rosa. Con el elefante inmenso en la habitación destrozándolo todo, el tipo se dedicó al arte de lamer las botas de la monarquía, con frases vacías, preguntas absurdas y el sentimiento de Ortiz de 'me he librado de una buena'. Todo se reduce a "la mejor hermana, la mejor reina." Sabíamos que Telma no diría nada jugoso, pero esto es servirlo en bandeja. Demasiado fácil. El que también ha hablado ha sido el padre de las hermanas, Jesús Ortiz. De manera sorprendente, sobre el papel: en una entrevista de diario, en el gallego 'El Faro de Vigo'.
Entrevista que ha retuiteado en sus redes sociales, y que no tiene, en principio, ningún peligro para los intereses de su hija reina. Habla sobre su faceta de periodista, también de investigador de zonas del territorio estatal, y de hechos históricos diversos. Como histórico sería tener una hija plebeya reina y acusada de adúltera, pero no quiere decir ni mú. Lo hace por recomendación, pero también por resignación: han tirado la toalla. Un pequeño párrafo sobre si escribirá unas memorias es el momento decisivo. Citamos: "(Breve silencio) No sé. Lo he pensado alguna vez. Ahora creo que no lo haría. No serviría más que para alimentar morbos innecesarios. No quiero dar pie a nada. Hay un refrán que dice "el que quiera comer peces, que se moje el culo". Pues eso, el que quiera, que se lo trabaje. No le voy a dar yo motivos a nadie para que llene páginas, opiniones y horas de televisión y radio. No tengo ningún interés. Tengo más que perder que ganar con esas cosas, no merece la pena". Si explicar la verdad no es bastante incentivo para un buen periodista, apaga y vámonos. Pero claro, no quieren ser protagonistas de la noticia. Esta es otra máxima del gremio. Conflicto de intereses, debe ser eso.