Carla Vigo se encuentra en un delicado momento. Hace unas semanas ingresó en el Hospital de La Paz por un problema de salud recurrente. Desde pequeña sufre bulimia. Una enfermedad que confesó ella misma ante sus seguidores en redes sociales. La madre de la joven falleció en febrero de 2007, ella era muy pequeña, y fueron sus abuelos, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, ya divorciados, los que ejercieron como padres y se ocuparon de ella. Letizia también ha estado siempre muy pendiente, no obstante, debido a su rol de reina intenta que no trascienda absolutamente nada. Todo lo hace de forma muy discreta, pero a Carla no le falta absolutamente nada. Está muy agradecida al cariño que recibe por parte de la familia materna.

Carla Vigo

Los médicos llamaron a Paloma Rocasolano y a Jesús Ortiz en cuanto ingresó. Ambos se encontraban con sus respectivas parejas en la celebración del cumpleaños de Erin, el hijo de Telma Ortiz. Se fueron corriendo hacia el hospital. Allí la recogieron y se marcharon con ella.

Jesús Ortiz, muy preocupado por el estado de salud de Carla Vigo, no se separa de su lado 

El pasado mes de marzo ingresó en el hospital por el mismo problema. Ella misma confesó que padece TCA, un trastorno relacionado con la autopercepción y la distorsión de la imagen corporal. Hace años que lidia contra esta enfermedad. “Empecé a verme mal. A los 14 años empecé a hacer cosas perjudiciales para mí, pero fue con ocho o nueve años que comencé a verme mal en el espejo”.

Carla Vigo y Paloma Rocasolano

Dentro de esta batalla le ayudó mucho pedir ayuda, puesto que le “sirve mucho. Recuperarse del todo es muy complicado, y yo no he salido porque he tenido recaídas… Sucede como con los alcohólicos, que nunca se recuperan del todo. Tengo que tener cuidado con ciertos comportamientos”, informaba.

En estos momentos, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano están muy preocupados por su estado de salud. Pendientes de su evolución y acompañándola a visitas médicas. No le falta de nada. El periodista es muy discreto, pero es quien no se separa de ella, tampoco su mujer, Ana Togores. Los tres salieron a tomar algo por el centro de Madrid.

Carla Vigo les contó que estaba muy feliz porque Rafael Amargo ha querido contar con ella una vez más para su próxima obra que empezará a representarse en unas semanas. El sueño de la hija de Erika Ortiz es trabajar en la interpretación y estos pequeños trabajos la hacen mantenerse viva y con mucha ilusión. Ha vivido episodios en su vida muy duros y ya le toca ser feliz. Por suerte tiene unos abuelos maravillosos que han ejercido como unos auténticos padres.