La imagen de Juan Carlos ha quedado totalmente tocada y hundida con sus negocios opacos. Aunque actualmente no hay ningún cargo sobre él, el emérito se encuentra en el exilio en Abu Dabi. A miles de kilómetros de la que durante décadas ha sido su casa, Zarzuela. Fue el marido de Sofía quien decidió vivir alejado del centro de la ciudad, donde poder disfrutar de una mayor intimidad y seguridad.
Se mudó al que considera su hogar en 1962, justo después de casarse con Sofía. Se quedaron en la mansión definitivamente cuando murió Franco. Allí Juan Carlos encontró la comodidad que nunca tuvo en su infancia y juventud. Formó una familia y le guarda grandes recuerdos. El palacio cuenta con todas las necesidades para no tener que salir de casa.
Juan Carlos y Felipe comparten algunas aficiones, como la vela o la caza, aunque ésta última no es tan del agrado del actual rey. Ya Felipe IV encargó en 1627 la construcción de un pabellón de caza en el Valle de la Zarzuela. El monarca encargó la obra a Juan Gómez de Mora. Posteriormente, Carlos IV hizo una remodelación de la casa, en la que mandó colocar su valiosa colección de relojes. La residencia se mantuvo como pabellón de caza también en la época de Alfonso XIII y no fue hasta la llegada de los padres de Felipe VI que se convirtió en un hogar.
En 2007 Patrimonio Nacional se puso manos a la obra para cumplir uno de los mayores deseos del emérito: la construcción de su propio pabellón de caza en el recinto de la Zarzuela. La entidad que gestiona los bienes de la Casa Real española pagó 3,4 millones de euros por esta "edificación auxiliar" en el complejo de palacio. El coste de esta construcción se imputó a los presupuestos de Patrimonio Nacional (dependiente del Ministerio de la Presidencia) de los ejercicios de 2006, 2007 y 2008.
El pabellón de caza en Zarzuela se encuentra en desuso
El capricho del rey cuenta con un total de 1.000 metros cuadrados, con dos plantas donde se encuentran los trofeos de caza del exmonarca. Jirafas, rinocerontes y elefantes, entre otros animales. Sus cabezas cuelgan disecadas de las paredes. También se encuentra una sala con una cámara acorazada donde se custodia la armería del Rey. "Prácticamente todas las casas reales cuentan con su propio pabellón de caza, ya que este deporte ha sido práctica común entre la realeza", explicaba entonces un portavoz de Zarzuela.
Ahora mismo este pabellón se encuentra en los terrenos de Zarzuela en desuso. A Felipe VI no le interesa tanto la caza y está centrado en otras aficiones.
"El mantenimiento que se realiza del pabellón de caza es el mínimo indispensable para conservar el inmueble y consiste en una revisión periódica de las instalaciones y en la aplicación (cada dos años) de los barnices de protección de la carpintería de madera exterior. El edificio tiene catorce años de antigüedad y por tanto no requiere, de momento, de más intervenciones significativas", explicaba Patrimonio Nacional.
Se encuentra situado a un kilómetro y medio de Zarzuela. "Una de las estancias más especiales es una sala acorazada de 200 metros cuadrados, a modo de armero, para la custodia de las armas del monarca entre las que figuran piezas de Holland & Holland, Sarasqueta, Winchester y otras marcas de reconocido prestigio", escribió el periodista Antonio Montero en un reportaje publicado sobre el pabellón en 'LOC' en 2013.