Pilar Eyre es una verdadera institución del periodismo. Y por mucho que le pese a determinadas personas, estamentos e incluso a compañeros de profesión, un auténtico pozo de conocimientos sobre la vida y las miserias de los miembros de la Corona española. Una sabiduría que es todavía más despampanante en el caso de los eméritos, Juan Carlos y Sofía. No es que lo sepa todo, pero poco le falta. Su arsenal es interminable y siempre es capaz de sorprendernos con nuevas revelaciones del matrimonio. Si a eso le añadimos que la escritora también conoce a la enorme mayoría de los famosos españoles de las últimas décadas, el cóctel es formidable. Y siempre apetece.
Cócteles como los que se podrían beber el Borbón con sus amigos, las leyendas deportivas y ambos difuntos Manolo Santana y Ángel Nieto. Las juergas de este trío llegaron a los oídos de Eyre hace muchos años, mientras el tenista estaba casado con la periodista Mila Ximénez. La catalana explica en 'Lecturas' la conversación que tuvo con Santana en un hotel de Barcelona, y como le espetó esta confidencia dejándolo de piedra. Pelotas fueras, claro: no quería comprometer a su amigo rey, del que todos suponían que era un santo abnegado por España y olé, y un fielísimo compañero de vida de la reina Sofía. El diálogo es delicioso. Manolo: "Pero ¿qué dices? Yo voy a jugar al tenis con él en la Zarzuela y por allí ronda doña Sofía... Siempre viene a ver qué hacemos". Pilar: "¿Lo vigila?". Respuesta: "Oye, a mí no me líes".
Y es que 'liarse' ha sido siempre el talón de Aquiles del monarca. Se ha enredado con el dinero y con mujeres que no eran la suya, y aquí estamos, con el exjefe del Estado escondido en Abu Dabi hasta que pase del todo la tormenta. Después de aquellos partidos de tenis, Santana (que siempre ganaba) reconoce que pasaban a los refrigerios, al aperitivo. Y en aquel momento aparecía la persona que más gracia le hacía al Borbón: no era la griega, claro, sino Mila, el alma de la fiesta en Marbella y allá dónde fuera. Juan Carlos sentía devoción por ella y no se escondía: "El Rey siempre me pregunta por ella". Tanto es así que cuando Ximénez entraba por una puerta, Sofía salía por la contraria. E incluso su marido le hacía un feo (uno más) cuando le decía a Mila "como un chiquillo travieso: 'Quedaos a comer, que hoy no está la Reina y lo pasaremos bien".
#Blog @pilareyre "A Manolo Santana se le notaba orgulloso de esa faceta social de su mujer, Mila" https://t.co/BjQlFcObuS pic.twitter.com/3xpUwalIAI
— Lecturas (@Lecturas) December 15, 2021
Mila Ximénez causaba sensación entre los Borbones y en la jet-set de Marbella. En el caso de los 'royals' era una cosa que venía de familia. El padre Juan de Borbón, el que se quedó sin Corona cuando Franco hizo que su hijo le pasara por la derecha, también la halagaba sin importarle que tuviera a su entonces marido al lado. "En las cenas, los señores más encopetados querían sentarse al lado de Mila, desde don Juan de Borbón, que le susurraba piropos con voz enronquecida, hasta el barón Thyssen, con evidente alarma de Tita Cervera". Juan Carlos, Juan de Borbón y Alfonso XIII, siempre igual.
¿Se imaginan un romance entre un Borbón y la volcánica Mila? Estamos seguros de que la monarquía hubiera saltado por los aires. Y nos lo hubiéramos pasado muy bien.