Las imágenes de Juan Carlos en Abu Dabi de este fin de semana son una especie de 'huevo Kinder': tienen sorpresa. Y no, no hablamos de su estampa durante un partido de tenis de su amigo Rafa Nadal. Nos referimos a la exclusiva del paparazzo Diego Arrabal y un equipo del programa 'Viva la Vida' de Telecinco, captadas mientras el monarca huido salía de su residencia acompañado por su séquito personal. Un equipo formado por 4 personas: tres escoltas y una misteriosa mujer. Dos de ellos ayudaban al Borbón a caminar, mientras que el otro seguía los pasos de la señora. Su identidad es el secreto más buscado.
Diego, que tuvo que salir por piernas del país árabe después de ser retenido y amenazado por el equipo de seguridad del emérito, dijo en un primer momento que esta mujer podría ser una doctora que monitoriza el estado de salud del exjefe de Estado de 83 años. Una teoría que ha tenido una vigencia exigua: la propia cadena ha cambiado la versión y apunta el nombre y apellido de esta persona. Es una vieja conocida y, probablemente, el motivo de la actuación de los servicios secretos para coaccionar al fotógrafo andaluz y al equipo del espacio de Emma García. No querían que nadie viera esta filmación e intervinieron, borrando el material gráfico de Arrabal. Un trabajo que chapucero, porque los documentos han sido recuperados. Y el festival de especulaciones ha estallado.
La señalada es Marta Gayá, una de las amantes más famosas de la vida de Juan Carlos. La mallorquina de 74 años forma parte de la lista de relaciones del Borbón, y según unas grabaciones de audio del propio protagonista, la mujer a la que llamaba "my girl" y que "la verdad es que nunca he sido tan feliz". Aunque la relación de pareja se acabó, no así su amistad estrecha. De hecho Gayá fue una de las beneficiarias de la generosidad del rey, a la que regaló un millón de euros. Dicen que tenían que ser 2, pero Corinna frustró este pago.
La grabación de Arrabal nos deja un detalle revelador sobre el interés del Borbón por evitar que las imágenes salieran a la luz. El escolta que acompaña a la señora (supuestamente Gayá) se da cuenta que alguien los está grabando y mira a cámara. A partir de allí se suceden los hechos que el fotógrafo describió como un infierno. Que cada uno saque sus propias conclusiones, pero parece que mantenerlo en secreto era la principal preocupación del séquito real. La mallorquina habría volado a los Emiratos Árabes con un grupo de amigos de Juan Carlos, entre los que estaba el empresario José María López de Letona, hijo del exministro franquista, y una de las personas con las que compartió palco en la pista de tenis.
Marta Gayá es muy de evitar la primera línea de la opinión pública, y la última vez que su nombre salió a la palestra hizo un movimiento estratégico zafándose del huracán Juan Carlos. Ahora, sin embargo, hay un silencio ensordecedor. ¿Casualidad?