El castellano tiene diversas dichos que definen perfectamente la historia de los Borbones. El más conocido, "de tal palo, tal astilla." Una variante sería "de padres gatos, hijos michines". Y una tercera, más sucia: "de aquellos polvos vinieron estos lodos". Escojan ustedes la que quieran; todas ellas sirven para entender mejor la estirpe monárquica en un día "especial" como este 5 de enero, en el que el d-emérito cumple 83 años huido en Abu Dhabi. La gran cronista catalana de la Casa Real, Pilar Eyre, una verdadera enciclopedia borbónica viviente, relata cómo fue la llegada al mundo de Juan Carlos en el exilio de Roma. Toda la familia tuvo que largarse de España gracias a la Segunda República, y fue en la capital italiana donde se produjo el nacimiento del futuro rey por la gracia del dictador Franco. La madre, María de las Mercedes, se puso de parto en un cine, viendo una película de Errol Flynn. Le acompañaba su suegro Alfonso XIII. El marido, sin embargo, tenía mejores cosas que hacer.
Eyre, que incluye algunas de estas vivencias en el éxito editorial 'Yo, el Rey', revela dónde estaba Juan de Borbón: con una amante. Esta familia es incorregible: "Su marido, a pesar de que sabía que el parto era inminente, se había ido a la finca de los Medici en el Piamonte con una sobrinita del exembajador de Italia en Madrid. ¡Ay, la legendaria pulsión sexual de los Borbones!". Alfonso se tuvo que levantar de la butaca de mala gana, y antes de despedirse le dijo: "que sea niño esta vez", en referencia a la hermana Pilar, que nunca podría ser reina por la medieval norma sucesoria, en el caso de que la monarquía volviera a España. El texto es, como siempre, delicioso. "El parto duró toda la mañana y, cuando estaban a punto de recurrir a los fórceps, a la una y treinta minutos del mediodía del 5 de enero de hace ahora 83 años, apareció la cabeza pelona del bebé y las enfermeras empezaron a tirar con desespero." Una criatura feúcha, sí, pero que hizo feliz a la familia: era la gran esperanza blanca. Eso sí: del padre, ni rastro hasta el día siguiente. Le avisaron por telegrama, mientras él estaba con "menesteres más agradables". Una versión que contradice la historia explicada por los aduladores periodistas cortesanos, que "nos mintieron contándonos que el príncipe de Asturias llegó tan rápido que rompió una ballesta del coche." Bulos y falacias, como siempre.
⚡️ "Cuando el rey Juan Carlos nació, su padre estaba con una amante"https://t.co/M2Lx0MHeQy
— Lecturas (@Lecturas) January 5, 2021
Que el padre no sabía ni media del nacimiento, queda clarísimo con la broma que le gastó Alfonso: le hizo 'el cambiazo' con un bebé nacido en la habitación anexa. Era chino. "¡Coño!", exclamó Juan de Borbón, enfurecido. Lo tuvieron que calmar inmediatamente. Mejor todavía la reacción de la madre: "Juanito era tan feo que los dos hubiéramos preferido el chino". Para acabar, otro detalle revelador: antes que su propio padre, ¿quién lo visitó en el hospital? La hija de otro dictador sanguinario, Benito Mussolini. Vaya, que acabamos con otro dicho: "de casta le viene al galgo".