La Casa Real española tiene un problema con los matrimonios: la infanta Elena se divorció de Jaime de Marichalar, la infanta Cristina tiene el marido a las puertas de la prisión si el TS ratifica los 6 años de condena por el caso Nóos y el rey Juan Carlos vive como un divorciado a pesar de la reina Sofía sigue siendo oficialmente y legalmente a su esposa. La última muestra del distanciamiento entre los reyes eméritos fue el christmas que enviaron: una postal de una imagen religiosa. Ni rastro de ellos dos, ni juntos ni por separado, ni con photoshop como en otras ocasiones. Ya ni disimulan que no se portan bien.
El sábado 16 de diciembre ha sido enterrado el primo de Sofía de Grecia: el rey Miguel de Rumania. Sólo reinó hasta el año 1947 cuando fue obligado a abdicar por el régimen comunista y ha muerto en Suiza a los 96 años. Era el decano de la realeza mundial.
Este tataranieto de la reina Victoria estaba emparentado con multitud de casas reales europeas. Por eso en el funeral en Rumanía han coincidido miembros destacados de cuarenta y dos monarquías como el príncipe Carlos de Inglaterra, los reyes de Suecia, el exmonarca búlgaro, los príncipes belgas o una princesa jordana. El funeral de Estado se ha celebrado en Bucarest. Los reyes eméritos en primera fila y al lado del heredero de la monarquía por excelencia: la británica.
El rey emérito esquiva como puede a su mujer. Sofía prefiere la compañía de su hermana Irene de Grecia y ni siquiera el protocolo les obligará a pasar las fiestas juntos. La próxima fecha esencial de la monarquía es el discurso de navidad de su hijo pequeño. Felipe VI volverá a dirigirse a sus súbditos después de su último discurso por el referéndum del 1-O. Veremos si al lado del belén mantiene aquella agresividad contra el independentismo. Pero los reyes eméritos tienen otra fecha marcada en rojo: el 5 de enero.
Aquel noche los reyes magos pasarán por las casas y el rey emérito cumplirá 80 años. Según reveló Pilar Eyre en exclusiva a En Blau, los amigos de Juan Carlos están intentando presionar el gobierno Rajoy y a Zarzuela para que preparen algún tipo de celebración pública de este aniversario. La agenda oficial de Felipe y Letizia está llena de viajes exóticos pero no hay ninguna previsión conocida para que la familia se junte para hacerse la foto soplando ochenta velas. Tendrá que morir algún otro rey para volver a ver juntos a todos los borbones, como el caso del funeral rumano. Si esperan mucho, cuidado que el entierro que les reúna no sea el del propio Borbón.