Juan Carlos apura al máximo el fin de semana de regatas en Sanxenxo, que nuevamente se ha visto alterado por un obstáculo insalvable. Si hace dos semanas el problema era el estado de salud del emérito, ahora las malas noticias llegaban del cielo. La climatología impidió que subiera al 'Bribón' el sábado, reduciendo el tiempo en el mar al que ha pasado esta misma jornada del domingo, 19 de mayo. Una semana de recuerdos familiares para los Borbones. Amargos, aunque tendrían que ser todo lo contrario. El patriarca y el hijo Felipe VI celebran el aniversario de boda. Uno, seis décadas. El otro, dos. Los dos, matrimonios con la etiqueta de fracaso. La celebración ha ido en consonancia: nada por parte del emérito, y unas fotos familiares de hace dos semanas tratando a su esposa como a una colega, en el caso del monarca en ejercicio. De remate, lejos de la reina, en Zaragoza por la final de Copa. Muy romántico.

Que Juan Carlos no haya tenido ningún gesto hacia su mujer Sofía entra dentro de una normalidad patética, pero nada sorprendente. En todo caso, es más reseñable observar cómo la griega ha tirado la toalla, ya no hará más el ridículo. No quiere saber nada de él y no se esconde. Ahora bien, no crean que el Borbón esté preocupado por ello; hace demasiado tiempo que va a su rollo, con sus guerras como única preocupación. Es el único trabajo del señor de 86 años; el resto, disfrutar del tiempo que le reste de vida, con viajes, mariscadas, ocio y exhibicionismo. En Sanxenxo le acompaña, como siempre, la infanta Elena. La gran protectora, con la que celebra cumbres periódicas para analizar la situación, preparar la jugada y pegar un pescozón a quien él crea conveniente.

Juan Carlos con la infanta Elena en Sanxenxo / Europa Press

Hace unas semanas, con todo el alboroto de un Froilán en paro y la mudanza encubierta del abuelo a Ginebra, padre e hija mantenían una reunión que según 'Monarquía Confidencial' tenía como trasfondo el tema económico. En este sentido, pocas novedades: Froilán está missing tras su vuelta a los afters de Madrid, después de pasar por la boda de José Luis Martínez-Almeida, y la mala salud de hierro de Juan Carlos continúa igual. Pero hay un tema que no ha quedado resuelto: un feo del hijo al padre. Felipe VI prohibió que asistiera a la jura de bandera del rey hace unos días en Zaragoza, rechazando su pretensión de manera explícita. Tal como están las cosas entre ellos, cualquier gesto puede provocar un terremoto. Y el Borbón no hace prisioneros en esta batalla.

Froilán saliendo del after / Telecinco

El digital 'Chance' explica cómo fue la noche en el interior del restaurante del Club Náutico presidido por su inseparable Pedro Campos: muchas horas de cena, acompañados por Cristina de Borbón, pero la Dos Sicilias. No la ex de Iñaki Urdangarin, porque la casa de Campos es pequeña y no quiere pagarse un hotel. Lo que se habló en aquella mesa es una incógnita, pero dicen que 'reunión de pastores, oveja muerta'. No sería la primera vez que Juan Carlos y Elena se vengan de Felipe. Todos atentos, de esta cumbre alguien cobra.

Felipe y Letizia / EFE