Juan Carlos I continúa apartado del foco mediático. Sus últimas polémicas perjudicaron gravemente a la corona y por órdenes de Letizia, Felipe decidió exiliarlo a Abu Dabi. Se marchó en agosto de 2020 y todavía no ha vuelto. En varias ocasiones, como estas navidades, ha pedido regresar a España, aunque no sea a Zarzuela, pero ha recibido una negativa por respuesta. El emérito se encuentra solo y teme morir lejos de su país. Hasta que no haya un cambio de gobierno o se cierren todos sus escándalos, que no cesan, no volverá.
Los periodistas expertos en Casa Real no dejan de enturbiar su imagen. Mientras Pilar Eyre arremete duramente contra todos los miembros de la familia, sin excepción, especialmente contra Letizia, Jaime Peñafiel tiene una asignatura pendiente con Juan Carlos I. Eran grandes amigos, pero parece que la relación se truncó definitivamente. El cronista ha aireado muchos episodios turbulentos de su pasado.
Juan Carlos I se empeñó en conducir sin tener carnet
Jaime Peñafiel ha destapado un episodio de la juventud del rey. Explicó en una de sus columnas que el emérito “atropelló” a un ciclista cuando conducía un lujoso coche con tan solo 17 años, todavía no tenía el carnet de conducir.
“Se trata de un precioso Volvo 460 de color rojo, utilizado además por Doña Sofía. Precisamente conduciéndolo por Palma fue multada por exceso de velocidad (…) Sin duda alguna, este vehículo tiene un valor histórico añadido: fue el primer coche que Felipe tuvo cuando sólo tenía 18 años. Y 17 su padre el día que atropelló a un ciclista en Olmedo conduciendo un Mercedes... sin carné”, afirmó el periodista.
Todos los libros de Jaime Peñafiel tienen a Juan Carlos I como absoluto protagonista. En una ocasión, el periodista le saludó y el padre de Felipe VI se le encaró. “No creí que tuvieras el valor de saludarme, después de lo que has escrito”. Es el momento en que rompieron cualquier relación. Jaime Peñafiel ha hecho mucho daño a la corona con sus revelaciones, y asegura que no son mentira. Todo lo que explica es verdad.
Aseguró que continuaría explicando más detalles de este suceso, pero se mantuvo callado. En aquel momento Juan Carlos I todavía no era inviolable, como dicta el artículo 56.3 de la Constitución. "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2”. Tras su abdicación volvió a perder la inviolabilidad.
Juan Carlos, entonces príncipe, iba acompañado por su profesor de Geometría y trigonometría, el teniente coronel Emilio García Conde, quien conducía, detrás viajaba el futuro general Alonso Armada. Iban destino el castillo de la Mota, en Medina del Campo. Al salir de Madrid, el padre de Felipe VI se empeñó en conducir. Era menor y no tenía carnet, pero era una persona muy caprichosa y persistente, nadie le podía decir que no.
Por suerte no se tuvieron que lamentar daños, más que el pantalón roto y algún rasguño. La bici es la que sufrió más, la rueda trasera rota. García Conde entregó una generosa propina al accidentado.