Juan Carlos I y Sofía nunca se quisieron. La emérita estuvo enamorada de Harald de Noruega, pero no fue correspondido. Por otro lado, el emérito mantenía una relación discreta con Olghina de Robilant, pero Juan de Borbón se encargó de dinamitarla destruyendo la carta que podría haberlo cambiado todo. Si la escritora se hubiese convertido en reina de España, ahora mismo España hubiese perdido a su emérita. Les obligaron a casarse, y tal vez por ello nunca se amaron. Vivieron separados. Tuvieron descendencia. Mantuvieron relaciones íntimas hasta que nació Felipe, una tarea complicada porque las dos primeras fueron mujeres. Una vez nació el príncipe dejaron de meterse en la misma cama. De hecho, Sofía se fue a vivir con Irene de Grecia cuando descubrió las infidelidades de su marido.

El monarca tenía fama de mujeriego. Ha llegado a mantener relaciones íntimas con más de 1.000 mujeres. Una en cada puerto, alguna incluso le robó el corazón, aunque también le han jugado una mala pasada, como Corinna Larsen o Bárbara Rey, otras fueron más discretas, como Marta Gayá, quien todavía mantiene el contacto con el padre de Felipe.

Juan Carlos

Antonia Dell Atte, presunta amante de Juan Carlos 

Todavía no se conoce la identidad de todas estas personas, pero algunas van saliendo a la luz. El programa de Emma García desveló hace tiempo que Antonia Dell Atte podría haber mantenido relaciones íntimas con el emérito. "Se decía que la casa que Antonia Dell Atte tiene en Barcelona se la está pagando el rey”. La italiana siempre se ha vinculado con la realeza. Tuvo a su único hijo, Clemente, con Alessandro Lequio.

Antonia Dell Atte

"Fue José Luis de Vilallonga, el biógrafo del rey, quien la introduce en el círculo del monarca. La lleva a su casa de Mallorca y Antonia va a borde del Fortuna, el barco del rey. El jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, le tiende una trampa. Hace publicar fotos de Antonia Dell Atte en el barco para llamar al orden al rey. Lo hacía para que no se saliera de madre lo de sus amantes”, explica Juan Luis Galiacho.

Los encuentros entre Antonia y Juan Carlos sucedían en el piso de Barcelona que tiene la italiana y le habría costeado el emérito. De esta forma, Sofía no se enteraba de la infidelidad. Ninguno de los dos ha afirmado que esto fuese verdad.