Corinna Larsen sigue desgranando todas las miserias de su ex amante Juan Carlos de Borbón. El próximo lunes tendremos una nueva entrega del jugoso podcast elaborado por el periodista de investigación Bradley Hope, ex del Wall Street Journal, y que va repleto de intimidades que dibujan al personaje con precisión quirúrgica. Muchas de las historias que se explican no son del todo nuevas, ya formaban parte de la leyenda negra del emérito, pero recordarlas es un ejercicio entretenido y escandaloso. Hasta divertido. Otra cosa es lo que piensen en Zarzuela o en Abu Dabi, así como los parroquianos monárquicos y juancarlistas. Estos, seguramente, tienen una opinión diferente... y la cara roja de la vergüenza.
Uno de los episodios más brutales es el de Botswana. La cacería de elefantes que marcó un punto de inflexión en su reinado, aunque la cosa ya venía calentita con todo el alboroto del caso Nóos e Iñaki Urdangarin. El Borbón, enamorado hasta las trancas de Corinna, con la que hacía vida de casado al margen de su esposa oficial, coge un avión y se va a África a matar animales. El viaje deja imágenes horripilantes, como la del entonces Jefe del Estado junto al cadáver de un paquidermo, sujetando un rifle. Si el karma existe, se cobró la deuda. Porque lo que pasaría aquella misma noche marcaría su declive. El abismo. El deshonor.
La cacería de elefantes con Corinna y la caída que marcó el declive de Juan Carlos de Borbón
Mientras los españolitos del reino las pasaban canutas con la enésima crisis económica, su rey quemaba la vida a golpe de talonario, de donación y de millones ocultos en paraísos fiscales. Lo hacía además, si nos lo permiten, con la querida, a la que dijo: "Hago lo que me da la gana porque para eso soy el Rey de España". Lo recoge el OK Diario de Eduardo Inda, que ha hecho sangre con esta historia y fue uno de los primeros al entrevistar a Corinna. Después de matar al elefante vino la juerga. Una fiesta bien regada, como le gusta al monarca: "El vino no faltaba porque se había llevado al safari todo un cargamento de botellas de Vega Sicilia y Alión. El Rey ya estaba bebido total. Se había pasado con el vino". Al acabar el desenfreno, giro de guion. El rey se cae al suelo y se rompe la cadera. Estuvo a punto de perder la vida. Afortunadamente la salvó, pero a cambio de la Corona.
Corinna confirma que Juan Carlos sufrió los efectos del alcohol
Corinna, en el capítulo 'Matar a Dumbo' ofrece todos los detalles. "Había mucho ruido, corrí hasta Vicente y le pregunté. Él contestó: 'Tenemos que evacuar al Rey, el equipo cree que tiene una hemorragia interna y necesitamos llevarlo a un hospital de inmediato. Me escoltaron de regreso a la tienda de campaña y me quedé sola con el Rey y le pregunté: '¿Qué pasa?' Él contestó: 'No me acuerdo, pero creo que anoche me caí'". En este punto del podcast, la alemana calla y una narradora amplía la cuestión: "El alcohol le había nublado la memoria. Salió tambaleándose de su tienda de campaña para ir al baño y tropezó con la raíz de un árbol o una piedra, cayéndose al suelo con un ruido sordo. La seguridad corrió para levantarlo y llevarlo de vuelta a la cama". Después, el caos. Corinna: "Mi reacción inicial fue conseguir un vuelo de evacuación médica. Él negaba todo el rato con la cabeza y decía: 'No, no, no, ¿podemos usar tú avión?'". Quería tapar el escándalo a toda costa. Pero era como parar el mar con un dedo. Y el caso explotó.
El final de aquella historia también está explicado: que volvió en un jet privado hecho una desastre, pero sin perdonar una copita más de vino. Por si las moscas. Y después de operarse, aquel lacónico: "Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir". Efectivamente: no volvería a pasar porque su futuro ya estaba escrito. Y sentenciado.