A Juan Carlos I le gustaría recuperar la normalidad de su hogar, pero eso será prácticamente imposible. El emérito no forma parte de la corona por sus polémicas y fechorías y Casa Real se ha desvinculado totalmente de él con el fin de recuperar la confianza de los ciudadanos en la institución. A sus 86 años de edad, el marido de la reina Sofía vive alejado de España, a miles de kilómetros de distancia en los Emiratos Árabes y no se espera su regreso. Felipe VI no va a valorar la posibilidad de un regreso de su padre, ni a España, ni cerca. Ya está bien donde está, alejado del foco mediático, además su patrimonio se ve recompensado.
Se valoró la posibilidad de traer al emérito a España que no muriese solo, sería una deshonra para el monarca. Pero tenían claro que Zarzuela es un reino que nunca podría pisar. Ya no es su palacio. Tampoco le dejan quedarse en Madrid. En el cumpleaños de Leonor tuvo que coger su avión privado a las doce de la madrugada para irse a dormir a Londres. Se le intentó buscar casa en Sanxenxo, cerca de su amigo íntimo Pedro Campos.
Pero no es el único territorio al que Juan Carlos iba a menudo y ya no tiene acceso. El emérito tampoco puede ir a Palma de Mallorca. Marivent ha cerrado sus puertas para él y ha sido repudiado por el club náutico. El marido de la reina Sofía se ha convertido en una persona “non grata” para la isla balear.
Juan Carlos se despidió a Palma de Mallorca hace años
Juan Carlos siente mucha pena porque no puede reencontrarse con Marta Gayà, su actual amor, en Mallorca. Ella es la mujer que se ha visto en algunas ocasiones acompañando al emérito en los Emiratos Árabes. Ambos tienen una buena relación.
Igualmente el emérito va a disfrutar de unas vacaciones de verano en compañía de la empresaria mallorquina. Pero no estarán solos. Les acompañan siempre sus fieles escuderos. En todos estos viajes estuvo acompañado por el cabo primero Cabello y el teniente coronel Vicente García-Mochales, más conocido como ‘Mochi’. Están con él en todos sus viajes, pero también en Abu Dabi, son su sombra. Con ellos, el padre de Felipe VI se siente seguro. Por este trabajo, tanto el cabo primero como el teniente coronel reciben una suculenta cantidad de dinero, 11.000 euros mensuales.
Su destino favorito son las islas Seychelles, la ha bautizado como “nueva Mallorca”. A miles de kilómetros de España se aleja del foco mediático y se aloja en una lujosa mansión con piscina privada y acceso al mar, disfruta de avión privado y una embarcación. Tiene todas las comodidades a su alcance. Pero una vez más se queda sin su familia.