No es la primera vez que los Borbones se quedan con las ganas en un restaurante en los últimos meses. Hace poco, el pasado mes de junio, en una reunión familiar, muchos de los miembros de la familia, como la reina Sofía y sus hijas, las infantas Elena y Cristina, quisieron ir a comer, pero la cosa desembocó en un fracaso organizativo y de previsión, "los planes no salieron como pensaban". ¿Qué pasó? Que quedaron todos en la Glorieta Pepe Domingo Castaño, cerca de Zarzuela, para ir a un restaurante discreto, a El Pardo, un establecimiento que le encanta a la reina Sofía... "pero resultó que estaba cerrado". Cerrado a cal y canto, en los morros de los Borbones. Todos allí, como pasmarotes, con cara de "¿Y ahora qué hacemos"?. Tuvieron que ir a "otro restaurante cercano, de aires japoneses, aunque no tan apreciado porque suele ser habitual entre los famosos capitalinos". Ahora, quien ha ido a comer ha sido el rey Juan Carlos, aprovechando una nueva visita a España.

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Juan Carlos GTRES

Se las prometía muy felices el emérito, mucho jijijaja. Y el caso es que le dieron de comer, pero no lo que él habría querido. Ni privilegios ni coñas en vinagre, el Borbón se quedó con un palmo de narices cuando ha hecho una escapadita en la sierra madrileña, concretamente, a un restaurante de El Escorial. Después de aterrizar en España y de dormir en el hotel Four Seasons porque en Zarzuela no es bienvenido, o de asistir a sendos funerales, los de su sobrino Juan Gómez-Acebo y el de Alejandro Fernández de Araoz y Marañón, exgobernador del Banco de España, Juan Carlos decidió ir el martes con un grupo de amigos al restaurante 'Charolés', en la calle Floridablanca de El Escorial, un establecimiento muy conocido en la zona por tener un plato estrella del que todo el mundo habla, el cocido.

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Manuel Míguez, propietario de este local de 1977, exultante: "Buenos días, ayer ha vuelto don Juan Carlos a comer a Charolés. Como siempre un gran señor". Un gran señor que se quedó con un palmo de narices y se quedó con las ganas de comer el plato estrella, un cocido que obtuvo el reconocimiento de 'El mejor cocido del mundo'. ¿Por qué? Porque el restaurante solo lo sirve los lunes, los miércoles y los viernes, y el día que Juan Carlos escogió para ir era un martes. Ni Borbón ni nada, no hubo privilegios ni excepciones y el monarca, por muy emérito que sea, se tuvo que conformar al pedir otro plato de la carta, aunque su intención era ir por su famoso y exquisito plato estrella.

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Juan Carlos GTRES

'El Charolés' es un restaurante emblemático al cual ha ido Juan Carlos en más de una ocasión, así como también otros royals, su hijo Felipe (hace tiempo que no va), la infanta Cristina, la infanta Pilar, la infanta Margarita, Juan de Borbón y la creme de la creme de la política derechosa de Madrid al cual le tiene tanta simpatía Juan Carlos: Esperanza Aguirre, José María Aznar, Ana Botella, José Bono, Mariano Rajoy, Manuel Fraga y un largo etcétera. Del mundo literario y de la comunicación, y de la farándula, también se ha visto por allí a Camilo José Cela, Luis del Olmo, José María García, Jesús Hermida, Carlos Herrera, Iker Jiménez, Mario Vargas Llosa, Penélope Cruz, Sergio Dalma, Plácido Domingo, Lola Flores, Sara Montiel, Alaska y Mario Vaquerizo, Emilio Butragueño, María Teresa Campos, Terelu Campos, Carlos Sobera o El Gran Wyoming.