La salud del rey emérito Juan Carlos I sigue siendo motivo de preocupación para su familia y para el pueblo español. A sus 86 años, enfrenta una serie de problemas físicos que han limitado su movilidad y afectado su calidad de vida de manera significativa. A pesar de seguir un régimen de ejercicios diarios y recibir tratamiento médico, su estado continúa deteriorándose progresivamente.
Aunque Juan Carlos I desea regresar a vivir a España, su situación fiscal le impide establecer una residencia permanente en el país. Su intención de acumular la máxima fortuna posible y mantenerse alejado de las obligaciones tributarias españolas no le dejan pasar en España más de 182 días al año. Sin embargo, sigue considerando a España como su patria, deseando pasar sus últimos días en su tierra natal.
El deterioro físico y mental de Juan Carlos I acelera sin remedio
Actualmente, el rey emérito divide su tiempo entre España, Abu Dabi y Suiza, donde busca comodidad y atención médica especializada. Recientemente, ha comunicado a sus tres hijos, Felipe, Elena y Cristina, el peor diagnóstico médico: su estado de salud no tiene remedio y el proceso final se acelera irremediablemente.
El deterioro físico de Juan Carlos I lo ha dejado con la necesidad de tener siempre a mano una silla de ruedas, con una movilidad muy limitada y enfrentando episodios de demencia senil que afectan su memoria y su capacidad para reconocer a las personas. Esta situación ha llevado a modificar sus residencias en Abu Dabi y Suiza, como en su momento se hizo en Zarzuela, para adaptarlas a sus necesidades de accesibilidad y confort. Además, se ha implementado personal especializado disponible las 24 horas del día para atender sus requerimientos diarios y supervisar sus ejercicios físicos. A pesar de estas medidas, el proceso de aceptación de la realidad y la preparación para el final se ha vuelto inevitable para la familia real española. Parece que los tratamientos para alargar la vida que sigue en Abu Dabi no están dando todos los resultados esperados.
La perspectiva de perder a Juan Carlos I física y mentalmente es un duro golpe para sus hijos, quienes enfrentan la difícil tarea de acompañarlo en este proceso y asegurar su bienestar en sus últimos días. Mientras tanto, la atención médica y el cuidado continuo son fundamentales para garantizar la comodidad y la dignidad de Juan Carlos I en esta etapa final de su vida. Su legado, marcado por luces y sombras, sigue siendo parte de la historia de España, pero ahora es su bienestar personal el que ocupa el centro de atención de su familia y en una parte de la opinión pública.