La traca final de la visita de Juan Carlos a España ha estallado con el emérito lejos de territorio del Estado. Bien lejos, en casa, en Abu Dabi. Desde allí observará los fuegos artificiales y oirá los petardos que lo despiden, especialmente uno cargado de dinamita: su secreto más preciado empieza a salir a la luz, el círculo se estrecha. Secreto para los ciudadanos que no para su familia. Tampoco para la aristocracia madrileña, ni siquiera para la afectada de esta bomba: su tercera hija bastarda. Elena, Cristina y el rey Felipe tienen una hermana y lo sabrían. Si añadimos a Albert Solà, Ingrid Sartiau y María Alexandra, los otros ilegítimos, harían 7. 5 chicas, 2 chicos.Lo que pasa es que la mujer de la que hablan con cierto detalle en El Confidencial es especial por muchos motivos, como ya avanzó en su día Pilar Eyre.

La vida 'B' del emérito es un pozo sin fondo. Lo mismo podríamos decir de su actividad afectiva y sexual; las estimaciones dejan a Julio Iglesias en un aprendiz. Una de esta legión de amantes era una persona bien colocada socialmente. Compartían grupo de amigos y gusto por las cacerías. Venía de una "familia de aristócratas y nunca sufrió estrecheces económicas". La mujer quedó embarazada y nacía Alejandra, a finales de los 70 o principios de los 80, una hija de rey. Extremo confirmado por tres personas: "Una examante del Rey emérito a la que este confesó la paternidad de la joven, un empresario que ha visto al Rey y a Alejandra interactuando con la naturalidad con la que lo harían cualquier padre e hija. Y la tercera fuente es un antiguo novio de Alejandra". 

Juan Carlos cazando / EFE

Alejandra, aristócrata e hija de rey

La madre de Alejandra, como decía Eyre, era una persona habitual de la prensa del corazón de la época, hecho fomentado por Juan Carlos: "Movió sus hilos para asegurarse de que no le faltara trabajo ni presencia en los medios. Llegó a convertirse en la musa de un célebre diseñador de alta costura". La hija también se dedica a la moda y nunca ha dicho ni una palabra. Dicen que es lealtad, pero también podría ser falta de entusiasmo por entrar a formar parte del circo principal. "Es alta, delgada y guapa. Ha prestado su imagen a numerosas marcas de ropa y joyas. También ha hecho incursiones en el mundo de la comunicación, quizá menos conocidas. Ha formado una familia". Las pistas son muchas, pero no revelan la identidad real para no ponerla en riesgo. Ahora bien, en Madrid y en las altas esferas todo el mundo lo sabía. También Sofía.

Juan Carlos y Sofía / GTRES

El emérito quiso alejarla de Felipe VI por una razón tenebrosa

Los detalles provienen del libro 'King Corp.' firmado por periodistas del digital, e incluso explican que Juan Carlos intentó alejar a Alejandra de Felipe por una razón tenebrosa. "Temía que conociera a su hermanastra y los dos se enamorarán sin saber que eran familia". Por eso informaron a la joven de quién era su padre y se produjo un discreto acercamiento. Remordimientos y compra de silencio, pero con distancia: "Intentó compensar la falta de reconocimiento oficial con afecto y otras muestras de generosidad, aunque nunca la trató como a sus otros tres hijos". Generosidad, un término importante. La codicia y acumulación de riqueza compulsiva del Borbón tiene a Alejandra como agravante. "Ayudar financieramente a una hija no reconocida implicaba disponer continuamente de fondos en efectivo que pudieran circular por España sin dejar rastro. La detección de alguna de esas transferencias habría puesto al descubierto automáticamente su relación con Alejandra. No solo aspiraba a dejar recursos económicos suficientes al rey Felipe y a las infantas, también necesitaba acumular patrimonio para esa cuarta hija y el resto de las personas que formaban parte del reverso de su biografía". Atado y bien atado.

Felipe VI de joven / GTRES

A Juan Carlos siempre le ha gustado la caza, a la madre de Alejandra también. Pues bien, empieza la de saber quién es realmente esta cuarta hija del emérito.