Reacciones por tierra, mar y aire a la huida de Juan Carlos con la cola entre las piernas hacia un resort de lujo en la República Dominicana. "¡Qué co...!", expresó Pilar Rahola verbalizando el sentimientos de muchos al ver la jeta del Borbón. "Mangui, golpista, fratricida, gilipollas y ladrón" le ha soltado Antonio Baños con unas definiciones demoledoras. Y tantos y tantos otros que se han manifestado sobre el tema del día.
También lo ha hecho Jordi Évole, con uno de los tuits más celebrados y retuiteados de las últimas horas:
Anda que si el ex Rey se larga a una República...
— Jordi Évole (@jordievole) August 3, 2020
Un comentario brillantemente sarcástico y cargado de veneno. Claro está que para mala sombra, la del mismo emérito el día que el periodista catalán le entrevistó en La Sexta. Huffington Post recuerda uno de los momentos más celebrados con respecto a las apariciones televisivas del monarca, ahora hace dos años. No fue presencial, sino vía telefónica. Évole entrevistaba al periodista José María García en uno de los programas de Salvados. Cara a cara, y dada la buena relación entre el popular SuperGarcía y el emérito, aprovecharon para llamarle. En principio, el motivo pactado con Casa Real era para hablar de la figura del Butanito, pero Évole se saltó el guion y formuló esta pregunta: "Una pregunta indiscreta: ¿qué hace un rey emérito un miércoles por la mañana?", le lanzó sólo empezar.
Y Juan Carlos se enfadó. ”A mí me han dicho que ibáis a llamar para hablar con José María García y con él yo hablo de lo que sea"... "Y es lo que estamos haciendo", se defiende Évole. Pero Juancar se había cabreado y no había vuelta atrás: "No hablo de nada más. Así que os mando un saludo y que os vaya todo muy bien". Y después de decir eso, le cuelga el teléfono en los morros del presentador.
Así arreglaba las cosas Juan Carlos cuando oía lo que no quería oir. Colgando el teléfono. Colgando el teléfono o marchándose a un resort de lujo haciéndose la víctima, como ha hecho ahora. Nos quedamos con las ganas de saber la respuesta a la pregunta de Évole. No sabemos qué hace un rey emérito un miércoles por la mañana, pero sí sabemos qué hace el resto de horas, de días y de semanas del año: tomar a la gente por imbécil.