El amor ha hecho tambalear varias veces los cimientos de las distintas monarquías europeas. Un gran ejemplo de ello lo exhibe la Corona británica. En 1936, el rey Eduardo VIII renunció a su cargo por amor a una norteamericana divorciada. Más de 55 años después, ocurrió algo similar con Carlos III, el heredero al trono británico, casi abdica para divorciarse de Lady Di. En España hay grandes polémicas, pero divorciarse de Felipe VI no parece ser una opción que Letizia considere. Juan Carlos I confesó a sus amistades el porqué de esta situación.
Nunca ha sido fácil el matrimonio entre reyes. Pese a que ambos sean personas con problemas normales, no se asemejan al resto de los mortales. No se trata de sentarse a disfrutar el viaje y las inmensas fortunas, ya que el poder no lo resuelve todo. Al contrario, el camino está lleno de dificultades y eso es algo que Felipe VI y Letizia comprenden bien. Sabiendo que la reina Sofía y Juan Carlos I se habían casado por obligación, el entonces heredero quería casarse por amor. Descartó a muchas aristócratas casaderas hasta finalmente caer enamorado por la presentadora de TVE.
Aunque todo parece miel sobre hojuelas, la realidad es muy distinta y no están dispuestos a separarse. En cualquier caso, no hay impedimento legal para que los reyes se divorcien. Lo verdaderamente problemático es el impacto que tendría en la opinión pública y el desprestigio de la Casa Real. Eso sí, los motivos de Letizia para seguir con el anillo al dedo son completamente personales.
Letizia no concederá el divorcio a Felipe VI, Juan Carlos I la expone
El matrimonio real vivió una crisis en 2013 que los llevó al borde del precipicio. No sería la primera ni la última, pero es la más pública y recordada hasta el momento. Explotó el caso Nóos y muchas de las verdades que envolvían las actividades y negocios del rey emérito. La madre de Leonor quería que su marido le diera la espalda definitivamente a su familia, pues ya se había demostrado que no le hacían ningún bien a la institución. “En esa época, Letizia estaba muy delgada, tensa y con muy mala cara. Venía mucho a Barcelona, un poco huyendo de Madrid”, contó Pilar Eyre.
En esa época, la soberana quiso poner fin a su relación, pero Felipe VI le recordó que había firmado unas capitulaciones matrimoniales. Esos documentos le otorgan al rey la custodia total de sus descendientes, por lo que la asturiana solo podría ver a las niñas cuando él le diera permiso. Como no estaba dispuesta a perderlas, decidió alejarse de la idea del divorcio.
Sin embargo, informantes del círculo más cercano de Juan Carlos I comentan que la verdad del divorcio es más profunda de lo que se cree. No solo no se divorcia por sus hijas, sino que no quiere perder el poder. Sacrificar esa vida de tantos privilegios, fortuna, glamour y estatus es algo que no hará. Pasó de ser una presentadora de telediario a la mujer más importante de España, logró sus objetivos.
Muchos rumores apuntan a que Felipe y Letizia están distanciados, que mantienen la imagen de cara al público. El próximo 22 de mayo será su vigésimo aniversario y Juan Carlos I avisa que los aniversarios continuarán celebrándose.