Hace unos días el rey emérito Juan Carlos I viajó a Ginebra para asistir a la fiesta de graduación de su nieta Irene Urdangarin. Fue el primer encuentro cara a cara en mucho tiempo entre el ex monarca e Iñaki Urdangarin. Y se produjo en medio del terremoto que está generando el divorcio entre el ex jugador de balonmano y la infanta Elena.

Varias fuentes aseguran que aprovecharon la cita para zanjar los acuerdos económicos alrededor de la separación y del silencio de Urdangarin. Iñaki reclama importantes cantidades para guardar en el fondo del cajón los secretos oscuros que conoce del emérito y de sus amigos poderosos.

La herencia de Juan Carlos I asciende a 1.800 millones de euros

Pero la cita no habría servido solo para cerrar el asunto. La herencia de Juan Carlos, que según Forbres y ‘The New York Times’ asciende a 1.800 millones de euros, también habría sido protagonista. Según elcierredigital, el testamento del emérito se encuentra en una notaría de Lausana, en Suiza. Y Juan Carlos, que es de los que quiere dejarlo todo atado, habría ultimado los detalles del reparto de su fortuna. En este sentido, el padre del rey Felipe VI aprovechó su última visita a España para arreglar varios papeleos, entre ellos transformar en capital algunas de sus propiedades. Y ahora, con todo el montante disponible, ha dispuesto lo que recibirán sus hijos el día en que muera.

Juan Carlos en el avión

Las principales beneficiarias son las infantas Cristina y Elena. La primera no tendrá problema para recibir su parte de la herencia sin tener que declararla en España al estar viviendo en Suiza. Otra cosa es Elena, que sí tiene domicilio fiscal en España y sí tendría que tributar la herencia en este país. No obstante, los hilos para no tener que dejar ni un euro en las arcas españolas ya se han empezado a mover desde hace meses.

Ni un euro para Leonor y Sofía

El ‘exilio’ de Froilán a Abu Dabi no es casualidad ni para alejarlo de las polémicas, sino para ejercer de testaferro. Mientras que ahora se está presionando a Victoria Federica para que siga sus pasos. Ellos recibirían el dinero y Elena ejercería de administradora. Todo arreglado para seguir el ejemplo del abuelo.

Está por ver qué ocurre con Felipe VI. El monarca ya renunció a la herencia de su padre en un comunicado público en 2020, aunque la realidad es que no podrá hacerlo hasta que Juan Carlos muera. En cualquier caso, a día de hoy, Felipe ha dado orden de no aparecer en el testamento. Y no solo él, hay dos sorpresas más. La princesa Leonor y la infanta Sofía tampoco recibirán ni un euro.