Juan Carlos I ha sido uno de los grandes protagonistas de este año. El emérito ha regresado a España en un total de cuatro ocasiones, la última con motivo del cumpleaños de Leonor, una cita que estuvo a punto de cancelar por la humillación que sentía al no invitarle a la jura de la Constitución de la princesa. Sin embargo, faltan dos meses para terminar el año y estas visitas no serán las últimas. El exmonarca volverá en otras dos ocasiones. Una a finales de este mes de noviembre para participar en las regatas de Sanxenxo, y otra más, esta es la que se pone más en duda por parte de Zarzuela, para disfrutar de la Navidad en familia.
El año pasado, Juan Carlos ya hizo el intento de volver a España por Navidad, pero Felipe y Letizia le denegaron el viaje. No querían que el emérito pisase Madrid y pusiese crear un auténtico terremoto en la corona. Saben que se formaría un gran revuelo. En aquella época pudieron frenarle porque todavía se encontraba con varios frentes judiciales abiertos, pero en esta ocasión ya no hay ninguna orden sobre él, y los últimos casos no le han perjudicado. Por este motivo, la reina ya no puede frenar a su suegro. De hecho, en las últimas ocasiones no ha comunicado sus movimientos. Felipe VI se ha enterado de los viajes de su padre por la prensa. Esto ha provocado una terrible discusión entre ellos.
Juan Carlos I quiere pasar la Navidad en Madrid, en familia
Juan Carlos tiene claro que quiere pasar la Navidad en familia y nadie le va a detener. Son momentos especialmente complicados. El exmonarca, que tiene prohibido pisar Zarzuela, se quedaría previsiblemente en casa de su hija Elena. La infanta le acoge con los brazos abiertos, y de esta forma disfruta traicionando a Letizia, la enemiga.
Todos los Borbón están en contra de Letizia. Juan Carlos asegura que es la culpable de todos y cada uno de sus males. Ella es quien ha decidido que abdicase, y quien finalmente le exilió para quitárselo de encima. Según el exmonarca, su hijo, el auténtico rey, no toma ninguna decisión, es su mujer quien decide y controla todo. Él solo ejecuta sus órdenes, como si fuese un “calzonazos”, como le llaman sus amigos.
Juan Carlos se siente decepcionado con Felipe, como hijo, por tratar de esta forma a su padre, y como rey, porque él es quien debe decidir y mandar realmente y no su mujer. Para el emérito es papel de la reina es totalmente residual. Le ha decepcionado a nivel personal y profesional. La relación entre ellos es cada vez más complicada, están distanciados. El marido de Sofía cree que no le va a perdonar jamás.
Sabe perfectamente que sus idas y venidas no son del agrado de Letizia, por este motivo piensa volver en noviembre y también en Navidad, aunque no quieran. Es momento de acabar con la reina.