El rey emérito Juan Carlos I ha tomado medidas drásticas para garantizar que su fortuna quede en orden antes de su fallecimiento. Con un patrimonio estimado en 1.800 millones de euros, compuesto por herencias, donaciones y operaciones financieras llevadas a cabo a lo largo de su vida, el ex monarca ha optado por deshacerse de una parte significativa de sus activos inmobiliarios. La estrategia es clara: convertir bienes inmuebles en dinero líquido para facilitar su transmisión a sus herederas sin complicaciones fiscales ni interferencias del Estado español.

Según fuentes cercanas, más de 40 propiedades situadas en puntos clave de Madrid y Barcelona han sido puestas a la venta en los últimos meses. La operación, según informó Vozpópuli, ha sido dirigida por la infanta Elena, con el apoyo de Nicolás Murga, exmilitar y hombre de confianza del monarca. Esta venta masiva forma parte de un plan cuidadosamente diseñado para evitar futuros litigios o investigaciones sobre el origen y gestión de la fortuna del rey emérito.

Juan Carlos I convierte sus propiedades en dinero para canalizarlo a través de su fundación

Una de las principales razones detrás de esta liquidación de bienes es la compleja estructura legal y fiscal en la que se encuentran estos activos. Muchas de las propiedades estaban registradas a nombre de terceros, incluidos amigos cercanos del monarca, lo que podría generar problemas en el momento de la sucesión. La intención de Juan Carlos I es dejar todo resuelto antes de que su estado de salud se deteriore aún más, evitando cualquier bloqueo legal o intervención de Hacienda.

Juan Carlos Elena EP
Juan Carlos Elena EP

 

Para llevar a cabo esta tarea con la máxima discreción, gran parte de la gestión se ha realizado desde el extranjero. A través de una fundación en Abu Dabi, donde el rey emérito reside desde 2020, se han diseñado las estrategias para canalizar los ingresos de estas ventas y asegurar que el dinero llegue a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, sin inconvenientes fiscales. Ambas figuran como patronas de esta entidad, lo que les permite recibir los fondos sin necesidad de tributar en España.

Objetivo: que el fisco español no toque ni un euro

El rol de Nicolás Murga ha sido fundamental en esta operación. Desde hace años, Murga se ha encargado de gestionar distintos aspectos de la vida financiera de Juan Carlos I, asegurando que cada movimiento se realice con la máxima discreción. Su papel ha sido clave en la venta de estos inmuebles, coordinando transacciones y gestionando documentación en distintos países europeos, como Francia y Suiza, donde la familia real ha mantenido reuniones privadas para formalizar estos acuerdos.

Joan Carles, Elena, Froilán, Victoria, Cristina i Juan / GTRES
Joan Carles, Elena, Froilán, Victoria, Cristina i Juan / GTRES

Esta estrategia de venta y conversión en dinero líquido no solo busca optimizar la sucesión del patrimonio, sino también reducir cualquier riesgo de escándalo financiero, así como evitar que  la Agencia Tributaria española meta mano. Es conocida la animadversión que tiene el emérito a pagar impuestos, aunque sea al país donde reinó, en el que quiere morir y al que dice que tanto ama.